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Actitudes y estados de ánimo

By 1 noviembre, 2014 mayo 19th, 2020 No Comments
En relación a las actitudes y el estado de ánimo de las personas respecto a la diabetes, diversos estudios demuestran que las personas con diabetes tipo 2 sufren con más frecuencia síntomas de depresión. La mayor parte de los participantes hace referencia a síntomas de depresión y otros cambios en el estado de ánimo relacionados con la diabetes.

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ACTITUDES Y ESTADOS DE ÁNIMO

Diversos estudios demuestran que las personas con diabetes tipo 2 sufren con más frecuencia síntomas de depresión. La mayor parte de los participantes hace referencia a síntomas de depresión y otros cambios en el estado de ánimo relacionados con la diabetes. Para muchos es necesario desarrollar mecanismos que les permitan adaptarse a la nueva situación y recomiendan aceptarla lo mejor posible. El debut de la diabetes puede generar en algunas personas ansiedad y otros síntomas de depresión sobre todo por la preocupación de tener una condición de salud crónica (Más información: Debut de la enfermedad.).
Muchas personas reconocieron que en el momento del diagnóstico y durante la primera etapa les resultó difícil aceptar que padecían una condición de salud crónica y que llevó un tiempo asumir esta nueva situación (Más información: Recibiendo el diagnóstico).

Igual que Ángel muchos piensan que la forma de reaccionar ante una enfermedad depende del carácter de cada uno.

“Si no, eso cada uno, también depende mucho del carácter porque claro yo soy de un carácter en el cual lo veo todo de color de rosa, por llamarle, mi señora no lo ve negro, pero lo ve gris, pero vamos eso claro… cada uno va en el carácter que tiene.”

Aceptar y asimilar los cambios que supone en los hábitos cotidianos puede ser más o menos complicado dependiendo de la persona. En algunas personas es causa de afectación de su estado de ánimo. Por ejemplo, algunos entrevistados contaron que identificaban cuestiones emocionales que les inducían a comer en exceso, como un modo de afrontar situaciones de estrés, depresión, tristeza, nervios o ansiedad, lo cual era perjudicial para el control de la dieta que deben hacer.(Más información: Alimentación y dietas)

Julio ha sufrido varios episodios de depresión en relación a sus problemas de salud. Además ha entrado en una especie de círculo en el que la ansiedad le hace comer más de lo que debería.

“Bueno emocionalmente en 3 ó 4 veces ó 5 veces tuve picos de depresión graves, seria, preocupación intensa por las consecuencias y en sí el hecho de sufrir la enfermedad. El estrés y la preocupación, el problema mío es que me genera una ansiedad terrible por comer.”

Antonia explica que tiene mucha ansiedad por lo que come peor.

“Mucha, mucha ansiedad también tengo, muchas ganas de comer, mucha ansiedad, es entrar a la cocina y la ansiedad es de abrir la nevera y comer de lo que haya, eso también noto yo con la diabetes, mucha ansiedad”

Incluso el inicio del tratamiento con insulina puede provocar sensación de miedo que suele desaparecer una vez que se adaptan a la situación y van encontrándose mejor.(Más información: Manejando la insulina.)
Otra cuestión que explican muchos participantes es la relación de su estado de ánimo con el inicio de la diabetes e incluso con el grado de control de los niveles de glucemia. Es decir que su estado de ánimo afecta a la diabetes, por ello los participantes recomiendan mantener el ánimo para controlarse mejor (Más información: Causas y factores de riesgo y Manejando la diabetes en el trabajo.)

Antonia considera que hay que intentar llevarlo lo mejor posible, ya que las preocupaciones pueden afectar a los niveles de glucemia.

“A ver, pues nada más que eso…vigilar mucho la comida, andar todo lo que se pueda, disgustos los mínimos, eso es peor que una comida, un disgusto, eso te sube el azúcar que se te dispara y ya está. Y llevarlo todo lo mejor que se pueda, porque hasta ahora no han sacado ningún medicamento que elimine la diabetes, si algún día lo llegan a sacar pues…porque estamos hartas de pastillas.”

Pedro considera que la diabetes se afecta por el estado de ánimo.

“Porque es una de estas… nerviosa [refiriéndose a la diabetes] a ver, y me sube enseguida por cualquier causa, por cualquier cosa que vea que no me guste o algo pues me sube en seguida, luego por la tarde me baja, y por la tarde sin salir, ahora no podemos salir nada, llevamos ya dos meses y pico que no salimos nada en absoluto y con eso, y con todo y con eso, de noche, muchas veces me baja bastante, a 120, a 120, 120, que ya está normalizada.”

Según María hay que mantenerse ocupado y mantener la alegría.

“Pero bueno, que hay que tomárselo todo con alegría, que sí aún estás peor si encima de tener una enfermedad y estas así todo el día pensando en ello y aburrido, pues no, hay que levantar el ánimo y hacer las cosas que es muy sano el trabajar o leer o hacer crucigramas, hay tantas cosas que se pueden hacer que sí… pero no estar siempre inactivo no…para no pensar cosas que no.”

Sin embargo, Charo no cree que exista tanta relación entre los niveles de glucemia y el estado de ánimo.

“Yo he llegado a tener problemas, como todo el mundo… y no… porque dicen no, que cuando tienes un disgusto te baja, te sube… y a mí no… yo no he sentido. Tampoco he ido corriendo a pincharme a ver cómo lo tenía, no quería saberlo, porque yo soy como muy nerviosa, y si yo veo que la tengo alta, igual me pongo más, entonces evito el ir a pincharme y si alguna vez he tenido algún problema no he ido a saber cómo esta mi azúcar, pero no… no sé, hay gente que se suele caer, o desmayarse, o no sé… cuando tiene la… no la llegaría a tener muy alta claro… pero sí que he oído que con los disgustos o así te suele bajar o subir, no, creo.”

A lo largo del tiempo y como reacción ante la diabetes algunas personas sentían miedo, apatía, sentimiento de estar rendido/derrotado, con tristeza, agotamiento, angustia o desánimo, e incluso sensación de pérdida de libertad.

Tanto José como José Vicente consideran que su carácter ha cambiado, pero han tenido que aceptar la situación.

“A lo mejor me he vuelto más cascarrabias, por las comidas precisamente ¿no?, pero vamos. Cuando no me dan lo que quiero, pues entonces protesta uno, pero luego dices “coño si tienes razón” poquito a poco eso los años lo vas aprendiendo, hasta que llega un momento que ya lo ves normal, o sea todo normal.”

Tanto José como José Vicente consideran que su carácter ha cambiado, pero han tenido que aceptar la situación.

“Yo creo que mi carácter se ha hecho, pienso que puede ser por la enfermedad, se ha hecho un poco más duro… un poco menos comunicativo, más aislado. No sé, yo pienso que antes era diferente, igual también pues puede ser por eso, puede ser porque ya bastante mayor vine a vivir a Pamplona, y… bueno, perdí amistad, perdí el contacto con los amigos, tuve que hacerme otros… pero bueno…, todo ha ido bien. Pero la diabetes más que nada yo creo que ha influido en el carácter, también principalmente y lo demás. Pues… como no siento dolor, por lo único que siento preocupación, sobre todo, cuando voy por ahí, cuando voy lejos, a subir a la montaña, que es un esfuerzo muy duro, muy fuerte, pues siempre llevo mucha alimentación por lo que pueda pasar, a veces puede que me pase, o que no llegue, porque además, en algún momento puede ser un momento un poco peligroso, porque estás en un sitio un poco complicado…, hombre y conduciendo también tengo que andar con mucho cuidado. Lo demás no siento así… no sé cómo decirlo.”

Una de las reacciones más habituales frente a la condición de salud era rechazar el comienzo de los tratamientos -especialmente cuando debían administrarse insulina- y el descuido o incluso el incumplimiento de las prescripciones médicas vinculadas a los cambios de hábitos de vida: dieta, ejercicio y control de peso (Más información: Manejando la diabetes.)

A Charo le costó varios años mentalizarse de los cuidados que debía realizar.

“Yo creo que unos 5 años, pero yo creo que 4, conseguí. Estaba sin enterarme de lo que me pasaba, me saltaba todo a la torera, como se dice aquí ¿no?… y, eso, llevo un año un poco…ahí estoy mentalizándome de que tengo la enfermedad, de que tengo que cuidarme, bueno estoy intentándolo aún, aun estoy intentándolo, porque claro si yo tuviera un síntoma, pues ya… pero con esto no tienes.”

La diabetes, como otras condiciones de salud crónicas, requiere un proceso de adaptación. No pensar excesivamente en la condición de salud ni en las complicaciones que puede traer es percibido como una forma de afrontar la vida con normalidad sin descuidar la diabetes. Por ello, es conveniente centrarse en aquellos hábitos que sí pueden modificar y que los conduce a llevar a una vida más saludable: ocuparse pero no preocuparse.

María Rosa dice que no se va a dejar dominar por le enfermedad pero hay que respetarla.

“Vivimos buenamente como puedo, pero lo hago, porque no me va a dejar, no me voy a dejar dominar por la enfermedad, respetarla 100% pero también quiero respetar mi intimidad, mi vida, respetando aquello, vivir lo mejor que puedo.”

Xavier considera que no hay que alarmarse sino adaptarse. Intenta ver el lado positivo de la diabetes ya que ha conseguido adelgazar.

“Pero bueno bien, o sea no es algo que ni me alarmé, ni me tire de los pelos, ni estuve dos días sin dormir, vamos fue medicación y al final pues te haces… sabes lo que tienes, procuras cuidarte más menos… y aprendes a vivir con ello evidentemente. O sea te vas de vacaciones, me llevo la medicación, te vas un día a comer por ahí, me llevo la pastilla, al final te tienes que acostumbrar, no eres ni el primero ni el último y es algo que bueno… y me vino bien para adelgazar unos kilos de paso.”

Isabel aconseja ser positivo porque si piensas que te encuentras mal entonces te encontrarás aún peor.

“Yo pienso que hay que estar positivo pero ante la enfermedad y ante todo vaya, es…supongo que es mi escudo ante las cosas. Pero si…me gusta ser positiva…no quiero darle vueltas ni pensar…no me encuentro mal, si empiezas a pensar me encuentro mal aun te encuentras peor.”

Xavier insiste en la necesidad de concienciarse y que hay que preocuparse lo suficiente para cuidarse por lo que pueda pasar en el futuro.

“Yo pienso que todo el mundo, pienso igual que cuando te tocan la fibra y te dicen una enfermedad tipo diabetes, que es crónica, que puede ser degenerativa, la vista, los pies, tal, tú mismo ya te autoconvences para decir “jo, cuidado”. Al final el cerebro se bloquea o te manda impulsos para decir “al loro con esto, cuidado con esto que no es moco de pavo, estás bien, no hay problemas pero quien sabe si el día de mañana puede llegar a haberlos evidentemente” No, no sé, en general pues bueno, que al final es una enfermedad que es de concienciación personal, y como te he dicho antes, yo creo que al final el cuerpo es sabio y…, pues así como a mí el tema de los dulces que siempre me han gustado a rabiar, pues al final dices no, y no comes, entonces… pues es un poco concienciación personal de cara a todo, porque al final el problema es que es una enfermedad degenerativa entonces igual ahora no, pero dentro de unos años quien sabe si vas a tener problemas al respecto con lo que se sea ¿no?, con lo que pueda degenerar.”

Una de las estrategias de afrontamiento ante las complicaciones de la diabetes es tratar de buscar siempre motivos para seguir adelante, para continuar luchando. Para ello, trataban de no alarmarse y mantenerse animados y optimistas, realizando actividades recreativas o reconfortantes. El sentido del humor también puede ser una estrategia positiva.

Para Jose María sus nietos son un aliciente para seguir adelante.

“Hay que tener el aliciente ese de que tengo 3, 4 nietos preciosos y que voy a gozar de ellos todo lo que pueda, por supuesto ayer la pequeña voy a verla, y me dice, abuelo… “¿por casualidad vas a comer conmigo hoy?” Digo “pues no hija no, digo hoy no porque tengo que ir a comer con la abuela”, dice “bueno, pues el sábado subo yo, vale” Esas alegrías no te las quita nadie.”

Pablo aconseja mantener la alegría porque estar de mal humor no ayuda.

“Así es decir que tanto tienes que aprender a estar bien, contento, porque si no… tampoco es bueno para el azúcar…si estas de mal genio, estresado con esto…entonces es lo que no. Yo por lo que he visto, he comprobado que no te funciona, no te funciona, tiene que ser que estés…que tengas un buen nivel de vida, que lo lleves lo mejor que puedas y que seas un poco feliz porque como sea…como estes… ‘¡oy! Que me tengo que hacer… ¡oy! que tengo que hacer esto… ¡oy! que no se cuantas… ¡ay! Que me subirá… ¡ay! Que me bajara…’ estás perdido…tu tienes que llevar la vida bien, pincharte y el azúcar que suba…que baje…que haga lo que quiera…porque es que si no hay veces que no te lo explicas por que…dices ‘y ahora esto ¿a que fin…a que fin?’.”

El sentido del humor ayuda a relativizar la enfermedad, y así lo explica Francisco. Añade la importancia de dejarse apoyar por las personas del entorno.

“Hombre su estado de ánimo es fundamental, si es una persona muy jocosa pues eso, eso es fundamental sobre todo hay que ser positivo, yo por lo menos en ese aspecto soy muy positivo, lo primero que hago por la mañana es reírme del que veo en el cristal, en el espejo. Pues eso es lo fundamental, ser positivo y ante lo negativo buscar siempre lo positivo de la enfermedad, que eso yo sobre todo busco siempre lo positivo de toda la enfermedad, de todo lo que me pasa, porque si encima tengo una enfermedad y encima me voy a agobiar pues entonces mejor, me tiro por el balcón y ya está, y me quito comedera de coco y esas cosas, sobre todo hay que ser positivo y si tienes alguien al lado pues apoyarte, y te da tu apoyo, eso cogerlo, eso hay que cogerlo siempre.”

A medida que notaban que eran capaces de ir incorporando cambios en sus hábitos de vida, la depresión o la preocupación iban quedando atrás y aprendían a convivir con la diabetes, perdiéndole el miedo inicial. Destacaban que es una condición de salud que se puede sobrellevar bien con cuidado y fuerza de voluntad, aprendiendo a buscar cada quien su propia solución. Aprender a asumir los cuidados forma parte de la cotidianeidad.

Alberto y Rafael explican que es normal tener miedo pero que es posible perderlo a medida que se aprende a convivir con la diabetes.

“Tenía miedo, como todo el mundo, tenía miedo de tener que estar sujeto a tenerte que pincharte todos los días, hasta cierto punto es lógico, pero cuando uno se da cuenta de la rnmejora que eso representa, dices “pero por dios por qué no lo habré hecho antes”…es así de sencillo.”

Alberto y Rafael explican que es normal tener miedo pero que es posible perderlo a medida que se aprende a convivir con la diabetes.

“Claro, ella me ayudó, vamos y de hecho los médicos y la enfermera siempre lo han dicho “chiquillo es que no es normal que en tres meses hayas hecho esto”, porque yo tenía en la analítica que te hacen trimestral, tenía 10 con 60, entonces eso es una cantidad horrorosa, vamos normalmente un diabético tiene 7 con 50, tiene 8, y yo tenía 10 con 60, entonces a base de las dietas, perder miedo, porque también psicológicamente se queda uno un poco tocado, pero es por el miedo a la enfermedad, entonces una vez que le pierdes el miedo a la enfermedad, tu cabeza empieza a equilibrarse un poco, y la dieta, y saber convivir con la enfermedad, he logrado que en el último análisis me hayan sacado 6,2, vamos que lo normal son 6, y yo solamente me paso en 2, entonces creo que he logrado convivir bien con la enfermedad y voy a seguir conviviendo bien con la enfermedad.”

Algunas personas que sufrían complicaciones u otros problemas de salud, decían que aunque les resultaba difícil superarlos, seguían luchando para sobrellevar la condición de salud con normalidad.

En el caso de Elías el trasplante de riñón le ha hecho recuperar las ganas de vivir.

“Sí, pues yo ya lo que quería era casi morirme “se muere uno y ya está todo terminó”. Pero después me pusieron el riñón y pues no. Volví para arriba y tengo ganas de vivir ahora. Vamos a ver si lo aguanto.”

Candelaria sigue en diálisis pero no por ello ha dejado de luchar.

“Para mí lo más fundamental es mantener el equilibrio de una dieta, el de no desanimarte de decir me rindo, sino todo lo contrario, me levanto porque me tengo que levantar porque sí, si dios me trajo aquí para algo es, esta es mi misión, pues bueno, pues adelante con ella hasta que dios quiera, lo que no te puedes es hundir porque entonces termina tu vida fatal… No, no, en ese entonces no se hablaba nada, ni yo me lo imaginé en la vida, lo único que si me decían que la diabetes era una enfermedad que no duele, pero que es muy traicionera y te va poco a poco deteriorando muchos órganos del cuerpo, y entonces a mi lo primero que me pasó fue lo de la vista, yo entiendo que también fue una época en que yo estaba muy bien, trabajaba, veía muy bien, todo, pero a raíz de la muerte de mi hijo, que yo no dejaba de llorar ni todavía…, ya te digo, hizo veinte años ahora, ahora ya lo vamos a sacar para incinerarlo y traer y tener las cenizas en casa, y entonces no…, no, ya yo fui para detrás, para detrás, para detrás, para detrás, perdí toda la ilusión, yo era una mujer muy alegre, muy activa y ya todo eso lo perdí, lo perdí todo, y nada, pero bueno, sigo la vida, sigo luchando y siempre me hago a la idea que hay gente que está mucho peor que yo, en muchas circunstancias, ya no solamente porque te dialicen, o veas, o tenga una diabetes, sino hay enfermedades que son…, porque claro ahora mismo estás viviendo por una máquina pero…, eso lo he superado, eso sí lo he superado…”

Algunos participantes explican que han buscado apoyo para sobrellevar las alteraciones del estado de ánimo. En cualquier caso parece que existe poco apoyo psicológico establecido de forma organizada y rutinaria en los servicios de salud específicamente para personas diabéticas.(Más información: Buscando información y apoyo.)

Rafael ha encontrado en su enfermera una persona de apoyo incluso para mantener el estado de ánimo.

“No, porque a partir de, ya te digo, a partir del periodo ese que tuve, que me sentía un poco deprimido y eso, y con las entrevistas con la enfermera, y fuera a parte, que yo siempre me he considerado una persona inteligente, y entonces he pensado que la persona inteligente no debe de agacharse por cualquier problema, vamos de hecho yo en mi vida me he arruinado muchas veces y he levantado cabeza por ese espíritu que tengo. Entonces digo por qué una enfermedad me va a agachar la cabeza, que sí, que la tengo pero que no voy a llegar a agachar la cabeza por la diabetes, y entonces pues sin problema, claro que también, no voy a decir que no, también parte de ayuda es de la enfermera también, que es un buen apoyo también. Lo que pasa que hay personas que nos tomamos la visita a la enfermera como un simple trámite de la enfermedad, y no es un trámite, la enfermera está para ayudarte y para tú comprender a la enfermedad que está haciendo un trabajo, no es una ONG ni es otra cosa, está haciendo su trabajo, y su trabajo ¿cuál es? su trabajo es enseñarte a ti a convivir con la enfermedad, y creo que es muy importante que el apoyo que se tiene con la enfermera.”

La recomendación general es que la diabetes forma parte de tu vida y hay que llevarlo lo mejor posible y apoyarse en las personas del entorno.

El apoyo y la comprensión de los que te rodean son un aspecto importante para Mari Carmen.

“Sí, vamos a ver, necesitaba, uno necesita apoyo y comprensión también, no de decir bueno que tú tienes esta enfermedad, pues no es que se te trate de distinta manera que al resto de la gente porque no, se te trata igual, ¿no?, pero tú sabes las limitaciones que tienes y ya está, aunque las lleves tu personalmente, el apoyo lo vas a tener, yo creo que siempre. El apoyo tanto de amigos, de familia como de uno que no te conozca, simplemente.”

Eva acepta la diabetes como algo que forma parte de su viaje por la vida.

“Ha venido a quedarse en tu vida… y… vamos, yo lo veo como tal…, mi azúcar viaja conmigo igual que viaja mi marido, igual que viaja mi hija pues… pues el azúcar también, y bienvenida al club, y ya está, y llevarnos lo mejor posible y punto.”