Manejando la diabetes

Alimentación y dietas

By 1 noviembre, 2014 mayo 19th, 2020 No Comments
Manejar adecuadamente la diabetes, ya sea con o sin medicación, implica comer de forma saludable controlando la alimentación.
Este es uno de los temas prioritarios al que se refiere la mayoría de los entrevistados debido a los cambios que deben realizar para controlar su diabetes. Una parte muy importante del tratamiento de la diabetes consiste en controlar y manejar adecuadamente la diabetes, ya sea con o sin medicación, significa comer de forma saludable.

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ALIMENTACIÓN

Una parte muy importante del tratamiento de la diabetes consiste en mantener una alimentación equilibrada. Los alimentos fundamentales que se mencionan son: verduras, frutas, pescado y carne sin grasa.

Francisco dice que ha reducido el consumo de grasas y que come más verduras.

“El tema sobre todo en la alimentación, desde que estoy con ella siempre la basamos, sobre todo lo que es el alimento, en la verdura, tomamos mucha verdura. Yo antes la verdura la comía pero muy poca, y ahora comemos mucha verdura sobre todo eso, el tema de no comer tanta grasa, porque me gusta, lo que te he dicho antes, el cuchareo es mi delirio, y ahora pues no como tanto “pringue” como comía antes. Sobre todo, yo no soy de comidas rápidas, a ella le gusta más el tema de pizza y eso. El tema de comida rápida pues no, no hacemos mucho, nada. Y sobre todo eso, ejercicio físico, el tema de andar prácticamente es lo que más hacemos.”

El cuidado en la alimentación es básico, tal y como dice Pedro.

“No, más que nada la diabetes es la comida, es básico completamente, tenemos que ser muy vegetarianos, mucha fruta, muchos hidratos de carbono. Además eso, fruta y ensaladas, verduras y cosas de esas, una barbaridad.”

Respecto al consumo de los hidratos de carbono: pan, arroz, pastas, patatas, etc., los entrevistados describieron la importancia de disminuir su consumo.

Fernando hace referencia a los consejos que le dieron sobre las cantidades de hidratos que podía comer.

“Me hizo la revisión y me dio los primeros consejos. Primer consejo, pan, escasamente 20 gramos, yo mi barra de pan al día lógicamente no hay quien me la quite, pues no, 20 gramos. Son 10 gramos por la mañana, 10 gramos por la noche, el equivalente a dos ‘galletas María’, aquello me sorprendió bastante. Yo sé que el arroz no es bueno, ahora mismo con el tratamiento que tengo a nivel alimenticio, yo no podría comer nunca y en ningún caso más de nueve cucharadas de una misma comida. Si es un guiso nueve cucharadas máximo y si es pan pues sólo una parte, o sea sólo un poquito de pan, y todo lo que es dulce descartado entonces no hay posibilidad.”

Disminuir el consumo de azúcar, aceites, grasas y alcohol es fundamental. Algunas personas contaban de qué manera habían logrado reemplazar los dulces/bollería por frutas, además de ir acostumbrándose a usar sacarina o edulcorante y refrescos sin azúcar.

María Luisa controla su alimentación, evita los dulces y toma refrescos sin azúcar.

“Me sube las verduras, tengo una olla que me hace las verduras al vapor y bueno, procuro no tomar dulces, así si me tomo un refresco que no tenga azúcar, tomo mucha fruta y cosas así.”

María Rosa explica cómo elabora las tartas sin azúcar.

“Yo dulces no, me ha gustado más los dulces caseros, o sea, las tartitas. Yo hago mi tartita, porque no todo va a ser deseo y no cumplirlo, yo hago mi tartita y en vez de ponerle azúcar le pongo edulcorante, y yo me como mi tartita. Y mi hija viene y dice, “ay mira mamá con su tarta”, y le digo “¿y por qué no?”, es que no tengo derecho, las hago “sin”, las galletas son de las que compro que no tienen ni azúcar, ni colesterol, ni sal, y de esas es de las que yo me hago, como es con café, las mojo en café sin azúcar, el edulcorante si lo pongo con la nata y así es como la hago.”

Javier explica que hay que tener cuidado de no “pasarte” con determinados alimentos porque aunque no notas nada, en realidad sí tiene consecuencias.

“También soy de comer, a mi me gusta comer y a veces te pasas un poco, te entra una cosa y dices “ya me he pasado” hay que intentar moderar esto, y es así, ese es el funcionamiento, y como son signos, que no notas nada, lo que no puedes decir es que, como no me ve el médico me como estas torrijas. El dulce, por ejemplo, lo tengo olvidado, me sigue dando mucha envidia, procuro tener poco en casa, lo aparto. Es duro esa parte, a los que hemos sido de comer, es de lo que más te afecta, pero ya te digo que como he tenido este otro problema, pues se me ha quedado en segundo plano totalmente.”

Rafael ha renunciado al consumo de alcohol porque considera que ahora no le conviene y no es algo necesario.

“Bueno en lo que ha cambiado mi vida es en cosas que también nosotros hemos fabricado artificial, por ejemplo el alcohol. El alcohol no es necesario para vivir, entonces creo que es un invento que tenemos desde que nacemos lo estamos escuchando y viendo y que después de la diabetes, pues claro que ha cambiado, no lo tomo igual. Es una cosa que nos hemos inventado, que es artificial, que no es necesario para nuestro cuerpo, entonces pues no lo echo de menos, como puede ser eso, como por ejemplo los dulces, no voy a decir ninguna marca, pero yo era descontrolado, me encantan mucho los dulces de chocolate y de nata, y entonces estaba descontrolado, pero es otra cosa que tampoco es necesario para vivir, entonces tampoco me es necesario tenerlo que comer por narices para poder tener una vida normal.”

Otros destacaron que necesitaron mucho esfuerzo para disminuir el consumo de dulces y en algunos casos buscaban productos adecuados para las personas con diabetes. Hay que tener en cuenta que los productos considerados aptos para diabéticos no se deben consumir libremente y que no todos son recomendables (Más información: Glosario e información sobre diabetes.)

Isabel comenta lo difícil que es controlarse cuando a uno le apetece algo dulce.

“(Su madre diabética) …se pasaba con los dulces que le decíamos que no podía. Yo ahora la entiendo un poco porque yo ahora el día que mas azúcar tengo es que es cuando más me apetece comer algo dulce, cuando me hago el análisis con la maquinita es lo que encuentro y ahora la entiendo más que antes, pero bueno.”

Es importante respetar los horarios y hacer ingestas más repartidas durante el día. La mayoría trataba de hacer 5 comidas diarias y esto les ha hecho ser más ordenados y en algunos casos evitar el “picoteo”.

Catalina nos explica cómo se organiza los horarios de las comidas.

“Yo por la mañana me tomo un vaso de leche con dos barritas integrales dentro, después como en el restaurante comemos antes de abrir, a las doce hacemos la comida, me voy a las nueve con esto, con este vaso de leche. Allí me hago mi plato de comida, hoy ha sido un pescado a la plancha con ensalada y un café descafeinado, me tomo un café, y ahora cuando he venido aquí a las cuatro, pues me he comido una rodaja de melón, y ahora a las siete volvemos a cenar allí en el restaurante porque cenamos pronto, cenamos a las siete, volveré a cenar y me haré una ensalada con un poco de queso o esto, y después cuando vengo a las once de la noche me tomo otro vaso de leche o un yogur y así.”

Algunas personas manifestaron que siempre habían llevado una alimentacíón saludable y que no les había implicado grandes cambios ni esfuerzo. En otros casos conocer previamente a alguien cercano que tenía diabetes les había facilitado la adecuación a los cuidados de la diabetes.

Pedro dice que se cuida igual que siempre.

“Yo me sigo cuidando igual siempre, llevo siempre muchos años cuidándome igual, que tome algún cocido alguna vez, algún potaje, alguna cosa de esas pero siempre poniéndole verduras. Siempre con verduras y todo eso y luego un platito de verduras siempre en el centro.rnUna ensalada o tomate.”

Para Antonio no ha sido un problema reducir las cantidades de la comida.

“La alimentación también, pues acostumbrarse, si uno tiene que comer menos de lo que habitualmente come. Yo era muy comilón, yo era una persona que me gusta mucho comer, y entonces me he tenido que ir adaptando a una ingesta más llevadera, más suave, más corta, de menos cantidad porque sé que me ayuda pero si yo me pongo a comer échale guinda al pavo.”

Otros señalaron que llevaban muchos años cuidándose con la comida por otros problemas de salud y en ocasiones tuvieron que adaptar aún más las comidas por complicaciones de la diabetes.

Isabel tiene hipertensión arterial y, además de los cuidados de la dieta por la diabetes, ha reducido el consumo de sal.

“Sí, algunos días que hago algún guisadito o algunas lentejas o otra cosa, yo me hago mi ensalada primero y luego como menos cantidad, pero como ya te digo, no soy de mucho de comer. Yo con un platito pequeño tengo y entonces ellos se han acostumbrado muy bien a la sal porque sal tampoco le puedo poner con lo de la tensión y bien, en ese sentido bien.”

Candelaria, en tratamiento con diálisis, relata las consideraciones especiales de su dieta.

“Después en el hospital sí, cuando me voy a diálisis, la naranja no la puedo comer, solamente me la dan cuando estoy en diálisis porque la máquina te quita el potasio, el plátano tampoco, entonces son cosas que más o menos las compaginas también con la diabetes, porque si tú comes un plato de potaje con gofio, me como una cantidad o bebo mucho líquido, no te hablo ahora sino de antes, yo antes me comía lo normal para vivir, me comía un filete a la plancha, mi pescado a la plancha, o guisado, o pollo guisado, y con poca sal. Sí, si hay que hacer algún potaje de verduras, un potaje de rancho, un potaje de lentejas, de lo que sea, o por ejemplo si te hago unas papas guisadas o algo, yo cojo y me como a lo mejor una o dos, ya no me como más, ellos comen más, un pescado y yo quito la salsa, me como el pescado solo, o me dicen mamá nosotros te hacemos el filete, o te hacemos la merluza o de pescado, me lo guisa y entonces me lo pone guisadito o un muslo de pollo, entonces así más o menos para ir variando las cosas, el jamón, el queso, el blanco no me lo dejan que me lo coma, el amarillo sí, y lo que no como es salchichón, ni carne de ave, ni chóped ni nada de esas cosas, el pavo también me lo puedo comer, la aceituna no, porque también contiene potasio, el tomate tampoco porque parece que el tomate también contiene potasio, tiene también mucho líquido, las verduras de por sí tienen liquido pero entonces yo, las escurro y las aliño un poco para poderlas pasar porque así sin sal.”

A algunos les había costado mucho asimilar los nuevos hábitos y que se necesita fuerza de voluntad y apoyo familiar y social para romper las costumbres que no son beneficiosas para la salud. (Más información: Vida familiar y social)

A Francisco le cuesta controlar los dulces porque se considera muy goloso. Dice que le resulta más fácil porque su esposa también es diabética y se cuidan juntos.

“Si no tienes a nadie al lado, si no sabe controlarse en ese sentido, yo a mí me ha dado siempre igual, me lo controlaba pero no era un control estricto, y ahora pues gracias a ella tengo un apoyo en la enfermedad. Al estar ella diabética pues más todavía, estamos los dos más controladitos en ese aspecto, ella es mi ángel, aquí está ella, aquí está el malo y cuando no está ella le echo cuentas más al que está aquí más que a ella, ese es el problema, mayormente en el tipo 2, ya es muy difícil para el tipo 2, como te he dicho antes, es que estoy acostumbrado a una vida de exceso, bueno de exceso tampoco, de no de cuidarte mucho, te cuesta mucho trabajo sobre todo en lo que es tema goloso.”

La mayoría de los entrevistados manifestó dificultades para lograr cambiar los hábitos alimenticios porque estaban muy arraigados, incluso llegando a sentirse un poco desanimados por tener que dejar de comer algunos.

Para Pedro los cambios en las comidas han supuesto un cierto sacrificio.

“Pues era más o menos joven, me sentía estupendamente, no tenía problema ninguno, lo único que tenía era mucho sacrificio en la comida, no comer grasa, mucha verdura.”

Algunas personas decían que al comienzo de la enfermedad descuidaron el aspecto nutricional porque no percibieron su importancia. Aprender a convivir con la diabetes es parte del proceso.

Alberto relata que pasó muchos años sin cuidarse por miedo y por no asumir la enfermedad, estando largo tiempo su nutrición muy descontrolada.

“Entonces usted dice que continuó un poco con su vida normal cuando le dieron el diagnostico. Sí, continué haciendo la vida normal, trabajando, pero claro, con una alimentación que no era adecuada, porque prácticamente no comía, perdí un montón de kilos, y me entró esta neuropatía, no me podía tener en pie, no podía andar, con unos dolores terribles.”

El hecho de tener que ocuparse uno mismo de la comida puede restar atención a los cuidados, como le pasa a veces a Pedro.

“Estoy informado de todo, estoy completamente informado de todo, con mi enfermero, estoy súper informado, veo los programas por la tele, de todas maneras, todo lo que dicen, todo lo que hablemos. [Refiriéndose a los profesionales sanitarios] Me ha hecho las charlas, me ha hecho los test, me ha hecho todo lo que se tiene que hacer con la diabetes, lo que pasa que claro, yo no, yo no sigo la pauta que me dice él, ¿por qué? porque estoy solo, que estoy hablando de lo mismo, y tú no medirás “¿tú por qué no te cuidas aunque sea tu solo?”, pues porque mi carácter o mi manera, no soy así y a lo mejor porque llego y habrá un trozo de pan y me como un trozo de pan con queso, o a lo mejor me comeré, en vez de hacerme un poco de carne a la plancha o pescado, todo esta congelado, en el sentido de decir, si tengo que descongelar y hacerme la comida ya paso, ya paso.”

Evitar el inicio del tratamiento con insulina era para algunos una motivación para respetar los cuidados en la alimentación. Hay que tener en cuenta que la evolución de la diabetes hacia la necesidad de administrarse insulina puede ser independiente del control estricto de la dieta. (Más información: Manejando la insulina.)

El miedo al tratamiento con insulina motivó a Isabel a cuidar más estrictamente su alimentación.

“Bueno, lo tomé como algo importante, en serio, en el sentido ese de que como me daba tanto miedo la insulina pues yo no quería que llegara a tenerme que poner insulina. Entonces sí, sí me lo tome en serio en sentido de hacer la dieta bien, yo siempre voy con mis sacarinas, con mis leches descremadas, con mi verdura, todo eso.”

Otras personas refirieron que las personas con diabetes pueden necesitar orientación psicológica para adaptarse a los cuidados requeridos.

La atracción por lo dulce es una dificultad para Francisco y considera un apoyo contar con atención especializada.

“Había que tener un centro de terapias, porque somos drogodependientes del azúcar, porque somos igual, yo veo un dulce y me voy detrás de él, soy peor que un niño, y ese es el problema que tenemos mayormente, que yo veo de tipo 2 ya cuando la edades son muy avanzadas, que ese es por lo menos el problema que yo veo.”

Respecto a los modos de preparar los alimentos, los entrevistados destacaron la importancia de evitar las frituras e incluir cocciones hervidas, a la plancha o al vapor y asegurar el consumo de verduras. Se hace referencia a la utilidad de aprender menús y recetas adecuadas.

Antonia dice que su médica le indicó que no debía comer “fritos”.

“A ver, la doctora me dice que hay que comer de todo, nada más que menos cantidad, ahora de fritos si puede ser nada, pero si haces un cocido o un plato de lentejas en vez de comer más comes menos pero tienes que comer de todo y ya está.”

Antonio y su esposa comen lo mismo y cocinan a la plancha, evitando las grasas.

“Sí, sí, comemos lo mismo Sí, más o menos, la dieta es muy simple, es verduras, plancha, pescado plancha, carne de vez en cuando a la plancha, lentejas, un guiso de lentejas, algún día judías, algún cocido, aquí lo que no se consume habitualmente es ni mucha grasa, ni mucho guiso con grasa, ni mucha historia de esa, vamos más o menos, tampoco somos muy rigurosos en eso.”

Lo más difícil para muchos es incorporar el cambio de su dieta de manera sostenida. Decían que hace falta “mentalizarse” y convencerse a sí mismos. Casi todos los participantes comprendieron que debían cambiar los hábitos lentamente.

José Luis comenta que hay que acostumbrarse a los cambios y ser muy disciplinado.

“Como soy una persona muy disciplinada en un principio no me lo tomé mal. El cambio que das en tu vida a razón de tus costumbres, al comer, el deporte no es tanto porque yo hago deporte pero, la dieta alimenticia pues te cambia mucho, es decir, me he acostumbrado, yo era muy dulcero, es decir, todos los pastelitos, estos, pues me gustaban mucho y solía consumir de cuatro a cinco pastelitos, piezas de estas que también tuve que dejarlas. Y la razón de la comida pues todo a la plancha, es decir, todo es un hábito que te debes acostumbrar, pero ya te digo, yo soy una persona disciplinada y en ese aspecto lo llevo bien. Lo llevo bastante bien. Pero hay que ser muy disciplinado para querer curarte de esto.”

Algunas personas se tomaron muy en serio el régimen, excluyendo determinados alimentos. Otras, en cambio, decían que pudieron mantener esta actitud estricta sólo durante el primer período.

Carmen ha intentado llevar el tratamiento a rajatabla.

“Yo llevaba eso a rajatabla, tomaba las pastillas cuando me correspondía, no tomaba ni patatas, así cosas grasientas nada. Fui, unas veces tenía más, otras veces tenía menos y ya, así ha sido mi vida.”

Rafael considera que puede comer de todo, pero evitando determinados alimentos.

“Al principio yo hacía la dieta y ella comía otra cosa pero luego no, bien para que yo por ejemplo no odiara la comida, o bien porque comiendo sano es bueno para todo el mundo, solamente no para el que tenga diabetes, sino para todo el mundo, entonces unas veces por una cosa y otras veces por otra. Ahora porque ya nos hemos acostumbrado los dos a comer, como de todo, lo que no como son comidas que son “veneno”, pero el resto de alimentos como de todo, y entonces comemos igual.”

Otras personas referían el cansancio y la monotonía en las comidas producida por la necesidad de respetar las calorías y el número de ingestas. Para muchos es importante variar los sabores y texturas de las comidas.

Fernando considera que es posible comer variado dependiendo de cómo se prepare la comida.

“Sí, se puede comer mejor, hay sabores que yo odiaba como era el de las verduras, yo lo odiaba ese sabor, total y absolutamente, pero he llegado quererlas, ya no sé cenar yo una noche con otra cosa que no sea las verduras que tan bien prepara mi mujer, porque cada una de ellas es variada, que tampoco se te hace tan monótono, hay muchas formas de tomar cosas buenas, sin necesidad de que transijas la norma.”

La mayoría admitía que para que sea sostenible en el tiempo, la dieta debe respetar también los gustos y placeres que nos brinda la alimentación y adaptarlos a la cultura alimentaria local.

Felipe opina que es importante adaptar las recomendaciones a los productos del lugar.

“Hacerte esta entrevista a nivel de otros pacientes, por ejemplo en el hospital, compartir con ellos más cosas y compartir más, para realmente ver lo que es en si la enfermedad y sobre todo aquí en Canarias. Compartir con gente que tú conoces de tu propia tierra. No de gente de fuera sino al ser de realmente de aquí más o menos los productos y la comida suelen ser los mismos, entonces mucha gente tiene diabetes partiendo también de la comida. Por eso pienso que debería haber mas charlas a nivel canario.”

Varias personas dijeron que al comienzo se habían asustado por tener que controlar las calorías o el peso exacto de cada producto alimenticio, pero fueron encontrando estrategias para facilitar esta tarea. Algunos utilizan el sistema de medir por cazos las proporciones en vez de pesarlas.

Javier decía que es importante encontrar sistemas sencillos para medir las cantidades de los alimentos.

“Ahora mismo tenemos programado una visita de varios días a un balneario, con médicos de la zona que nos va a dar instrucciones sobre hábitos alimenticios, ejercicio físico, son cosas que son difíciles de entender, no llegan con facilidad en cuanto a la forma de la alimentación, hablar de medidas, de kilocalorías, que si un cubito de esto, es muy complicado, es muy complicado, ahí sí que se debería buscar otro sistema que llegara con más facilidad al enfermo, en cuanto a tener más disponibilidad, es que claro, no es lo mismo combinar un plato de macarrones, 25 gramos, no es lo mismo 25 gramos con tomate que tiene no se que de grasa, azúcar incluso, que macarrones así en seco. En fin, es difícil valorar tu necesidad energética y luego relacionarlo también con el ejercicio físico. Entonces ahí se insiste mucho en esos cursos, dan muchas, de verdad que muchas veces son reducidos, hay que llamar rápidamente porque se cubre, pero sí que, aunque pueda parecer como pesados en cuanto a rutina, es difícil, yo en los que he insistido al menos me cuesta, me cuesta llegar a captarlo bien, entonces siempre está, eres proclive a volver a repetirlo, eso es interesante. Sí, vamos, son buenos, hay otros cursos en un hospital, tuve una vez con unas enfermeras, nos dieron de forma más práctica, me dieron con imágenes, con más elementos físicos para visualizar, con grupos reducidos, es interesante, porque incluso que yo, que es costoso, que con uno no te vale, tienes que reincidir, volver, preguntar igual más, de forma más directa. Es un poquitín complicado, cuando se habla de unidades de alimentación, yo creo que no cala, al final lo que pasa es que lo superas.”

Para lograr el mantenimiento de la dieta, varios entrevistados destacaron el valor positivo que adquiere el aprendizaje a través de la experiencia y el autoconocimiento de cómo metaboliza cada tipo de alimento, para poder regular los “efectos del azúcar” (Más información: Midiendo los niveles de azúcar).

Catalina relata cómo aprendió a conocer cuáles son los alimentos que suben la glucosa.

“Sí, yo encuentro que sí, que los primeros quince días no probé nada, nada, nada. Pero un día hicimos una comida con mis amigos, me decía, ahora que no vas a trabajar y ese día trajeron justo un postre que aquí se dice pestiños que son empanadillas, como empanadillas fritas con flan dentro, y eso a mí pues me gustaba horrores, y no sé quién trajo esa bandeja, yo dije yo quiero a ver si me sube el azúcar o no me sube, yo voy a catar un trocito, me corté un trocito pequeño, y me subió el azúcar, no había estado en todo esos quince días después de salir del hospital a ciento diez, ciento veinte y ciento treinta como mucho. Cuando probé esto casi subí a 200, digo “ay madre de dios, no voy a probar nada más” pero claro después empecé a trabajar a los 15 días, a ir al restaurante, y un día también cogí no sé qué, un trocito de nuez, pero con azúcar, con caramelo, y también me di cuenta que me hacía subir. Ya te digo, si cojo algo ahora, me voy al cubo de la basura y lo tiro.”

Preparar una alimentación saludable implica tiempo y trabajo. Puede resultar difícil coordinar las tareas del hogar con las laborales. Mientras que para algunos el ritmo de vida no les facilitaba seguir una alimentación equilibrada (ritmo laboral, las prisas del día a día), para otros dejar de trabajar complicó los cuidados nutricionales (Más información: Manejando la diabetes en el trabajo.)

En el caso de Felipe una vez jubilado, empezó a comer más desordenadamente.

“Antes cuando estaba trabajando, almorzaba, merendaba, y ahora no lo hago, la médica me dijo que eso no lo tengo que hacer, por lo menos una pieza de fruta, o un yogur, hay que tomar como si fuera el almuerzo y como si fuera la merienda, el desayuno, normal. Normal no, mentira, antes me tomaba el café con leche y a trabajar, y allá a las once y eso a almorzar, pan y almuerzo, ahora me tomo dos valencianas con el café con leche, dos magdalenas y ya hasta la hora de comida ya no tomo nada, hay veces que me tomo un yogur por comérmelo, pero como no me agrada, ahora hace lo menos una semana que no los he probado, además sin azúcar.”

Mientras algunas personas sentían que los cambios en su régimen alimenticio fueron disminuyendo las ganas de salir y comer fuera, otras personas preferían continuar con su vida social intentando equilibrar lo que consumían. (Más información: Vida familiar y social.)

José considera que hoy en día muchos restaurantes ofrecen platos adecuados.

“Fuera de casa obviamente pues en un restaurante hay de todo ahora mismo. No es el problema a lo mejor de hace años, que ahora mismo en cualquier restaurante te puedes encontrar un pescado a la plancha, te puedes encontrar ensalada, te puedes encontrar una serie de cosas, o una carne a la plancha, o sea sin más, y es un poco como se hace, es decir, tampoco te crea muchos problemas, la verdad.”

Francisco hace hincapié en la importancia de ser moderado en las comidas, incluso cuando sale fuera.

“Que el tema pues cada vez que salía, si era a cenar y eso, siempre intentamos coger una dieta, pedir algo que siempre nos venga bien, que no tenga muchas grasa, que no tenga muchos excesos en ese sentido… ¿O sea que adaptaron un poco a la vida? Tampoco esto quiere decir que el diabético se priva de todo, tú luego tú te puedes comer tu dulce pero tampoco puedes decir que te los comas hoy, mañana, pasado, porque entonces no es. Esto no quiere decir que el diabético se pueda privar de comer o de beber algo, en ese sentido, lo que pasa que tiene que hacerlo con moderación.”

En días especiales muchos de los participantes se sentían tentados a excederse un poco con determinados alimentos. Sin embargo, sabían que es necesario tomar otras acciones para compensar. Algunos describen las restricciones asumidas durante las festividades.

Las navidades suponen unas fechas en las que se deben controlar el consumo de alimentos tradicionales, José así nos lo explica.

“Yo en cuanto salía el turrón en las tiendas, compra por si muero, yo este año quiero comerlo, yo ya comía el turrón en octubre, el primer turrón y después eran seis o siete hasta los reyes seis o siete, luego iba a casa de algún familiar “ay mira que no nos comemos el turrón”, “trae para acá, que no se estropee”. Yo no dejaba que se estropease, muy bien, yo fui valiente para comerlo, pues ahora tengo que ser valiente para no comerlo, y si no se entiende así allá cada cual, claro.”

Pedro habla de las celebraciones especiales.

“Sí ha cambiado… Me ha cortado mucho, he tenido que hacer mucho sacrificio, no ir a mi hermandad, a almorzar, a comer, muchas veces, bueno “¿por qué no te vienes?, vamos a hacer un almuerzo hoy” no sé que, no sé cuantos. No, déjame, no tengo ganas, tengo otra hermandad también. Porque aquí es de susto y ahora también tengo otra cosa, ahora me ponen la medalla de oro de la hermandad, de los cincuenta años, que cumplí cincuenta años en la hermandad.”

Mantener una dieta que permita bajar de peso es útil para el control de la diabetes. Para algunos conseguir bajar de peso poco a poco produce mucha satisfacción. (Más información: Ejercicio físico.)

Julio resalta que la obesidad mórbida que padecía es una enfermedad y que para él bajar de peso es complejo.

“Empecé a comer, no pude seguir controlando mi dieta ¡díganme como lo hago en una situación como esa!, ¿qué pasa?, que el sacrificio era terrible. El que no tiene exceso de peso, la doctora, los doctores que me atendieron, delgados, que comen lo que les da la gana, que hacen su vida normal, no tienen el problema, no saben lo que es ser gordo, y lo que tienen que sufrir para no comer. Pues ahora yo simplemente les digo, ningún paciente con obesidad mórbida, con problemas para controlar su forma de alimentarse quiere estar obeso, eso es lo único que quiero dar a entender, no queremos estar así.”

En otros casos la ansiedad puede provocar mayor apetito lo que dificulta el cumplimiento de los cuidados de la alimentación.

Así lo cuenta Milagros.

“Entonces pues caí en un poquillo de ansiedad, entonces el médico me dijo que los síntomas que yo tenía era ansiedad depresiva, porque de verdad me daba mucho por comer, nada más tenía ganas de comer, y devoraba todo lo que cogía por medio, yo qué sé, una cosa muy rara. Al final, me tuvieron que dar de baja y demás, y fue que un fin de semana, al mes y algo o una cosa así, fuimos un fin de semana a la sierra, y entonces pues nada, me dio el subidón de azúcar, mi marido me metió más azúcar de la cuenta en el cuerpo.”

En algún caso se ha hecho referencia a la pérdida de apetito por diversos motivos.

María Luisa comenta que no suele tener mucho apetito por lo que ha bajado de peso.

“¿Trata de respetar esa dieta que le han dado? Sí, sí, lo que pasa es que no tengo ganas, podría un día decir, pues hoy tengo ganas de comerme esto, aunque no lo deba comer, no tengo ansia por comer nada, no tengo ganas de comer. Por eso yo creo que he adelgazado tanto, no sé, porque mira han tratado los médicos, porque pesaba noventa kilos, soy alta, pero pesaba noventa kilos. Han tratado de bajarme de peso y nunca, que si no es porque sea por enfermedad, yo estoy contenta con haber perdido los veinte kilos. Me voy a poner hecha una chica joven ahora.”

Muchos participantes han hecho referencia a las necesidades de información sobre los cuidados en la alimentación (Más información: Buscando información y apoyo.)
Las estrategias de comunicación utilizadas por los profesionales sanitarios se consideran importantes a la hora de comprender y asimilar las recomendaciones relacionadas con los cuidados en la alimentación. (Más información: Comunicación con los profesionales sanitarios.)
Los participantes que mantienen tratamiento con insulina explican las modificaciones y controles que realizan en su alimentación (Más información: Manejando la insulina.)