Manejando la diabetes

Manejando la insulina

By 1 noviembre, 2014 mayo 19th, 2020 No Comments
Cómo manejar la insulina en diabetes. Es una de las preguntas que más se realizan en las consultas. La insulina es una hormona que se segrega en el páncreas y que regula la cantidad de glucosa en la sangre. Su falta determina la aparición de la diabetes. Las personas con diabetes tipo 2 pueden en algunos casos necesitar incluir en su tratamiento insulina elaborada externamente. La insulina no puede curar la diabetes. La insulina es una hormona que se segrega en el páncreas y que regula la cantidad de glucosa en la sangre. Su falta determina la aparición de la diabetes. Las personas con diabetes tipo 2 pueden en algunos casos necesitar incluir en su tratamiento insulina elaborada externamente. La insulina no puede curar la diabetes –no hay todavía cura para la diabetes– pero puede retrasar el progreso de la condición de salud ya que permite mantener los niveles de glucosa en sangre de forma más controlada. Cómo manejar la insulina en diabetes. Hay diferentes tipos de insulina dependiendo de la duración de su efecto: rápida, intermedia, corta y retardada. (Más información: Recursos e información.)

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INSULINA

El tratamiento con insulina se inicia, en la mayoría de los casos, después de intentar controlar los niveles de glucosa en sangre con la combinación de los cuidados de alimentación, ejercicio y antidiabéticos orales.(Más información: Antidiabéticos orales.)
Aunque en algunos casos se inicia el tratamiento con insulina desde el principio del diagnóstico.

Mari Carmen tuvo que pasar al tratamiento con insulina después de un año con antidiabéticos orales.

“Me hizo el análisis y ya me empezó el tratamiento. Estuve un año, al principio con pastillas, eso ya no era suficiente y tuve que ponerme ya la insulina. Y bien, yo me ponía la insulina y prácticamente yo ni me acordaba que tenía diabetes, me la ponía y como no me dolía nada, no tenía nada.”

En el caso de Fernando, el endocrino recomendó el cambio de tratamiento con insulina cuando aparecieron complicaciones renales.

“En función de, o sea, empecé con una pastilla, aquello estuve por lo menos 6 ó 7 años, después dos pastillas, tres pastillas, luego dos en cada comida y por el estilo. Anduve ahí otros 6 ó 7 años, y luego ya con un tratamiento de médico de cabecera, aproximadamente otros 4 ó 5 años, y al final estos dos últimos años son los que llevo con esta endocrina, que me hizo las pruebas, detectó la problemática del riñón y entonces pasó a la insulina.”

Habitualmente las mujeres con diabetes que desean quedarse embarazadas o aquellas que presentan la diabetes durante el embarazo (diabetes gestacional – más información: Glosario e información sobre diabetes) deben realizar tratamiento con Fminsulina.

Mari Carmen asumió el cambio a insulina porque quería quedarse embarazada.

“Al principio muy mal porque a mi los pinchazos, como que no me gustaban mucho, pero bueno, pensé bueno esto es así, si quiero quedarme embarazada, si quiero tener familia, es así, o sea, hay que asumirlo. Y lo asumí perfectamente.”

La dosis y tipos de insulina que se prescribe a cada persona depende de las necesidades individuales, incluso puede combinarse con antidiabéticos orales, o diferentes tipos de insulina.(Más información: Antidiabéticos orales.)

Pedro explica la combinación de tratamiento que realiza.

“Empezamos primeramente con la normal, con la insulina lenta, y luego pues hemos tenido que recurrir ya a la rápida y a la lenta, y a pastillas. Al mismo tiempo me estoy tomando ya la insulina rápida, me pongo una inyección antes de cada comida, y otra inyección al final de la noche, cuando me voy a acostar, me pongo una de lenta, insulina lenta para que no me suba en exceso, se me vaya quitando un poco durante la noche, por la mañana aparezco, no está mal, muchas mañanas hasta 78, 80 ó 90 gramos de diabetes, de azúcar.”

En ocasiones las personas retrasa el comienzo del tratamiento con insulina por miedos y creencias equívocas sobre este tratamiento. Sin embargo, la mayoría de los participantes en tratamiento con insulina consideran que no ha sido tan malo como pensaban y admiten que están mejor desde que lo han iniciado.

Algunos miedos se relacionan con el temor a volverse “adicto” a la insulina o que limitará determinadas actividades tal como dice Julio.

“La verdad es que yo pasé una temporada sustancialmente larga, sin querer entrar en la insulina, no por miedo a la inyección, a mí nunca me causó aprensión o preocupación el hecho de tener que inyectarme o miedo en un momento determinado, no era eso lo que me impedía, era un terror a quedar dependiente de la insulina, siempre con la esperanza de poder salir de esta enfermedad y sin embargo, por haber entrado en un proceso de insulino-dependencia, quedar enganchado porque ya el páncreas se volviera perezoso y no generara insulina. La cosa fue que fue evolucionando la enfermedad, yo pasé mucho tiempo, seguía negándome a inyectarme insulina por el temor confirmado por varios facultativos de que eso ya iba a quedar y porque me gustaba el buceo por ejemplo, y para el buceo era un problema la diabetes, lo que era la insulino-dependiente, y bueno, traté de irlo soslayando.”

Antonia explica cómo tuvo que superar su miedo a pincharse la insulina. De hecho era su marido quien le pinchaba la insulina, hasta que ella aprendió.

“Lo que le preocupaba era el tener que pincharse porque como ella no se atrevía a pincharse, menos mal que como mi padre le pinchaba. ¿O sea que al principio se preocupó porque se tenía que pinchar? Sí claro ¿Le daba miedo eso, qué pasaba? Que no me atrevía yo a pincharme, pero un día que tuvo que ser porque ya él se fue y yo digo, “¿tengo que no pincharme hasta que él venga?,” pero como era por la mañana y por la noche cuando me pinchaba también, pues yo digo, pues yo me pincho ahora por la mañana y él a la noche que me pinchara él, pero ya no quiso pincharme, dice “no, ahora ya te pinchas tú, ya has perdido el miedo pues te pinchas tú”, y ya he seguido pinchándome yo.”

A pesar de todos los problemas la mayoría de los participantes que han iniciado el tratamiento con insulina lo ven de forma muy positiva.

María Rosa considera que su calidad de vida mejoró con el tratamiento con la insulina y lo recomienda.

“Poco a poco se fue agravando y hasta que llegaba a la dos y ahí me han ido cambiando las pastillas, me he tomado muchas pastillas. La doctora estuvo dos años detrás de mí para que me pusiera insulina. A mí me habían hablado mal de la insulina y bendito momento en el que empecé con la insulina porque ya no me podían mandar más pastillas y estoy con insulina.”

Alberto admite que aunque cueste asumirlo es muy importante darse cuenta de que supone una gran mejoría.

“El temor de la insulina, es el pinchazo, hombre es que pasar de… de tomar una pastillas a tener que pincharme todos los días 2 ó 3 veces… claro, cuesta asumirlo, pero la realidad, y yo desde aquí os lo aseguro, que vais a estar mucho mejor controlados, vais a poder hacer cosas que de otra manera no podríais hacer, y que la derecha es esa, cuando las pastillas no te surten efecto hay que pasar a la insulina, y no pasa nada, porque ya digo, hoy los sistemas de… de punzón, de pinchazos y todo esto, son mínimos, no se notan, no son agresivos, en fin… es una… una situación que es la que hay y que mientras no se descubra otra cosa tenemos que vivir con ella, y a mí no me causa ningún problema el pincharme tres veces al día… ninguno. Poco a poco se fue acostumbrando usted y le fue perdiendo el miedo… Pero se acostumbra uno en seguida, en que te pinchas 4 días, ya lo consideras como normal, es lo mismo que cuando te levantas te lavas la cara, lo haces porque sí, porque se hace y nada más, no hay que pedir ninguna explicación, eso se acostumbra uno en seguida, y sobre todo cuando ves palpablemente la mejoría, eso es importante, dices ¡coño que bien estoy!”

Una de las ventajas del tratamiento con insulina es que es más difícil olvidarse de cumplir el tratamiento.

Fernando dice que se le podría olvidar tomarse una pastilla pero nunca de ponerse la insulina.

“Sí, sí, es algo que te regula, si yo fuese nervioso en momentos determinados para quitarme esos nervios me tuviera que tomar una pastilla, esa es mi pastilla respecto a la insulina, o esa es, comparativamente con cualquier otra cosa, es la solución de tu hambre, la solución, pero como el azúcar la tenemos, aparte de en la sangre, en la cabeza, el pensamiento no te deja cada día que no te la pongas. Se me podrá olvidar tomarme alguna pastilla, se me ha olvidado en algún caso pero lo que es la insulina no se me olvida, la insulina yo entiendo que es una necesidad absoluta para mantener unos niveles correctos, yo tengo ahí dos cajas de plumas.”

Aunque no todo el mundo tiene una actitud tan positiva respecto al tratamiento con la insulina, la mayoría considera que te vas acostumbrando con el tiempo.

Pedro dice que ya está acostumbrado a tener que pincharse.

“¿Y dónde se la coloca? En… la barriga, en los dos laterales ¿Sólo en ese sitio? De momento sí ¿Y cómo lleva eso de inyectársela usted o colocársela usted? Ya estoy tan acostumbrado, además como me han metido ya tantas cantidades de aguja y tanto pico que ahora ya… yo mismo, no tengo ningún problema, me podría inyectar me lo inyecto aquí porque es lo más fácil, pero me lo puedo inyectar donde sea, me la inyecto yo.”

Por el contrario, Maria Rosa considera que sigue siendo algo desagradable.

“Es desagradable porque nunca te acostumbras, ¿quién se acostumbra que la pinchen a una? Nadie, pues así es para mi, es bastante desagradable.”

La mayoría de los participantes hacen referencia a la importancia de aprender a pincharse correctamente, como les han enseñado los profesionales de atención primaria y del hospital, ya que es importante aprender en qué parte del cuerpo deben administrarla. También es importante ir rotando el lugar donde se pincha.(Más información: Recursos e información.)

Fernando explica lo importante que es pincharse correctamente para que haga efecto la insulina.

“Estuvimos en una charla ella y yo y me enseñó cómo era el aparato que para mí eso era una novedad y cómo hacerlo. La verdad que no debí de entenderlo bien porque seguí poniéndomela inclinada, entonces pasado un tiempo y ante mi insistencia al médico que no me hacía nada la insulina, porque yo observé una temporada que no me hacía nada, entonces se lo dije al médico y dice a la enfermera “le has enseñado bien cómo se tiene que pinchar” entonces dijo “vente que vamos a repasar” y entonces repasamos y la verdad que yo no lo estaba haciendo bien. ¿Y eso pudo haber sido por lo cual no estaba dando resultado? Es que efectivamente, en cuanto que me pinché bien, automáticamente de casi 60 me bajé a 40, de unidades de la pluma.”

Ángel prefiere pincharse en los muslos y en el abdomen.

“En los brazos, yo me inyectaba en los brazos, pero entonces me subía la insulina no sé por qué circunstancia o no me la sabía yo poner bien, y entonces sigo con las piernas y la tripa.”

Los horarios y el momento del día en el que se recomienda pincharse la insulina dependen de cada persona y del tipo de insulina que tiene que administrarse.

Felipe explica como es su caso respecto a los horarios y tipos de insulina que se administra.

“Pues mira salgo de mi casa a las 3 de la mañana, paro a desayunar en casa de mi madre a las 6 de la mañana, a las 6 de la mañana me la toma a ver cómo la tengo, qué siempre, ya te digo, llevo mas de un año teniéndola siempre sobre 90…100…90…100 siempre. Entonces ya me desayuno, un bocadillo de pan integral con queso blanco y un yogur y una fruta me como a las 6 de la mañana. Y después sobre las 9 mas o menos me vuelvo a desayunar, como medio bocadillito y otra fruta y entonces me pincho por la mañana. Y después al mediodía ya llego a mediodía me la vuelvo a tomar que la suelo tener también sobre 100 o 110 también….nunca se me ha subido más desde hace 2 años nunca se me ha subido más, y voy ya me pincho la Lantus y la lenta. Me la pincho y me la vuelvo a tomar a ver como la tengo y ya después me vuelvo a pinchar, ya después descanso como 2 o 3 horas, durmiendo claro, como tengo trabajo, me despierto de noche y después ya por la noche me vuelvo a pinchar otra vez.”

Algunos problemas del tratamiento con insulina están relacionados con el hecho de tener que medirse los niveles de glucosa y pincharse diariamente.(Más información: Midiendo los niveles de azúcar.)

La afectación de la piel por los pinchazos es un problema que explica Maria Rosa.

texto del vídeo

José María hace referencia a los hematomas que tenía al principio pero que han disminuido al aprender a pincharse correctamente.

“Pincho en la tripa, que ojo, hasta que empecé a pincharme en la tripa, el miedo que da a todo el mundo, si las tripas no se van a salir, si al principio te pinchas la tripa, y por, no sé por qué, porque no sabes, porque estás nervioso, porque te mueves, cardenales como vamos… tatuajes estos que se hacen tatuajes, o sea, no me salen como me salían a mi entonces, ahora es difícil que yo tenga un cardenal o un hematoma, ni en piernas ni en brazos, ni en el vientre, y ahora lo llevo estupendamente, no hay ningún problema.”

Hay que tener en cuenta que el tratamiento con insulina puede producir hipoglucemias, por lo que hay que saberlas manejar.(Más información: Manejando las hipoglucemias.)

Candelaria sigue el tratamiento con insulina pero en ocasiones tiene episodios de hipoglucemias.

“No porque varío y me pincho cuando estoy en casa y muchas veces pues si están los chicos en un momento que me tengo que poner la insulina pues le digo “pínchame” y me pinchan, me miran, aparte de que ellos conmigo han aprendido mucho porque ellos me han visto a mí muy mal, y darse cuenta y decir “vamos a hacerle la prueba del azúcar, pues no le pongas insulina, pues dale…”, a lo mejor si tengo el azúcar muy baja siempre tiene en casa la jeringuilla para ponértela en caso de que te de un bajón muy fuerte para levantarte, entonces ellos en seguida si ven que tengo un azúcar por ejemplo de 30, yo hablo yo estoy consciente, y me dicen “¿mamá qué hacemos?”, no me pongas la jeringa que tenemos ahí, digo dame un poquito de agua con azúcar o una mermelada, me remonta un poco, luego ya me quedo como si me sacaras del agua sin secarme, porque te da esos bajones, antes me daban esos bajones muy fuertes pero me daban bastante y entonces yo decía, o no está bien controlado el que estoy comiendo poco o que la insulina es mucha.”

Las formas de administración de la insulina han mejorado con el tiempo y hay avances importantes.

Alberto tenía sus preocupaciones a la hora de empezar con el tratamiento con insulina y explica cómo antes la forma de pincharse no era como la de ahora.

“Ya me mandaron unas pastillitas de turno para esto, me insistían cada vez que iba “oye que te tienes que pinchar, que esto ya no puede pasar así porque tú ya con las pastillas ya no haces nada”. Yo con mis miedos siempre retrasando esa posibilidad del pinchazo porque, claro, no es lo mismo tomarse una pastilla que tener que estar pinchándose continuamente. También he de decir que eran otros tiempos, que las agujas eran muy grandes, que había a lo mejor que hervir la jeringuilla, etcétera, etcétera, no es lo de hoy por su puesto. Y allí ya, como último recurso ya me mandaron insulina y ciertamente al ponerme la insulina la mejora fue muy notable, y a partir de ahí ya no he tenido ningún problema.”

Algunos como Felipe han buscado estrategias que le resultan menos agresivas.

“El centro de salud, sí la seguridad social. Bueno, que realmente es la insulina nada más, la insulina y las agujas. Las agujas por ejemplo lo único que me da la seguridad social es las insulinas, después las agujas por ejemplo las compro aparte y las tiras de la maquina también te las da el centro de salud también, las agujas nada más, pero las agujas porque quiero yo las agujas en concreto. Que es una aguja pediátrica que es más pequeñita porque esa me viene mejor, pero de resto casi todo me lo dan sí.”

Para algunos entrevistados el hecho de tener que administrarse la insulina en lugares públicos -el avión o el tren- se asumía con naturalidad ya que pensaban que la gente está más concienciada. Otras personas, en cambio, consideraban que aun existen temores y prejuicios y preferían hacerlo en un ámbito de intimidad. (Más información: Vida familiar y social.)

José explica el efecto que puede provocar pincharse en lugares públicos o cuando está de vacaciones.

“El control que tengo que llevar nada más, un poquito engorro, porque, por ejemplo si te vas de vacaciones, pues te tienes que llevar la insulina, a lo mejor te pilla en una estación y te tienes que pinchar, porque ya es la hora pero como ya es tanto tiempo, ya uno ya lo mismo le da que lo miren que no lo miren, sabes, al principio si, iba con…”ay que no me vean que a lo mejor se creen que soy…”. Hoy ya no, hoy me pilla en una estación, me levanto la amiseta y me pinchó, y el que quiera saber, pues que me pregunte…Que podría ser un…Un drogadicto Un drogadicto, al pincharme, o que vaya en un tren y que me pinche, pues a lo mejor la gente ¿qué pensara? pero no, yo creo que la gente hoy ya sabe el sistema este, y sabe perfectamente quién es drogadicto y quién es diabético ¿Hoy ya se sabe más al respecto, usted cree? Sí, sí, yo creo que sí, porque si yo me pongo insulina y la gente hace así y me ve, sabe que es insulina.”

Algunas personas han hecho referencia a la bomba de insulina o a la administración intranasal de insulina, sin embargo estos dispositivos aún no son de uso común.(Más información: Recursos e información.)