Cáncer de MamaDetección y diagnóstico

Proceso de diagnóstico del cáncer de mama

By 4 mayo, 2014 mayo 18th, 2020 No Comments

Afrontar el diagnóstico del cáncer de mama supone un cambio importante en la vida de una mujer, en su núcleo familiar y en su vida social (“Vida social y amigos”).

Cada persona afectada afronta esta etapa de manera diferente, dependiendo de la edad y del momento vital en que se encuentre, del apoyo que reciba de su red social, del conocimiento o percepción previa del cáncer, de las experiencias vividas en relación a la salud y la enfermedad y de los estilos subjetivos de afrontamiento.

PRUEBAS: TIEMPO DE ESPERA E INCERTIDUMBRE

En general, se utilizan diversas pruebas complementarias para diagnosticar el cáncer de mama y determinar la naturaleza del tumor, valorar en qué estadio se encuentra en estadificación, ver su extensión y evaluar cuáles serán las mejores opciones de tratamiento.

Para la realización del diagnóstico, no es necesario realizar todas las pruebas a todas las personas. Su indicación dependerá de factores como la edad y el estado de salud, el tipo de cáncer, la gravedad de los síntomas y los resultados de pruebas anteriores.

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Varias entrevistadas señalaban que intuían poder estar afectadas por un cáncer de mama, debido a cómo se estaban desarrollando las pruebas: la manera en que los profesionales le comunicaban la necesidad de realizar más estudios, las llamadas por teléfono desde los servicios de salud, o las prisas para concretar nuevas citas. Con frecuencia, estas situaciones van advirtiendo a las personas que puede haber un cambio en su estado de salud y de alguna manera las prepara para recibir el diagnóstico.

María Mercedes pensaba en el diagnóstico de cáncer desde el momento en que le indicaron que debía repetirse la mamografía y realizarse una biopsia. Ella prefirió conservar la esperanza hasta el momento de su confirmación.

“Y cuando desperté de la anestesia estaba mi madre y mi hermana en la habitación y les dije yo ¿qué pasó? Y no dijeron nada… Dije yo: bueno, entonces fue… aunque iba yo ya un poco con la mosca detrás de la oreja porque cuando ya te dicen en una mamografía hay que repetir ya sospechas un poquito ¿no? Pero bueno, siempre te queda eso de decir: pues a lo mejor no. Y como no había tumor, no se veía tumor pues te queda eso y aún encima que te diga el radiólogo, que a lo mejor me lo dijo para tranquilizarme porque yo estaba muy nerviosa ¿no?, no parece malo y vete tranquila, entonces tenía la esperanza esa de que fuera benigno, y bueno, me quedé así en el momento que volví a cerrar los ojos. Y mi madre luego me decía qué tal como reaccionaste, como diciendo si tú supieras, hombre más… sospechaba, lo que pasa que hasta que no te lo dicen tampoco quieres pensar en que va a ser algo malo y bueno mi reacción fue esa, de hecho no hablé del tema ni con mi madre, ni con mi hermana, con nadie. Osea, estuve cinco días en el hospital y como si me hubieran operado de apendicitis, no hablé nada con nadie”

María José sospechó que algo no iba bien por un comentario que le hizo el radiólogo al recoger los resultados de la mamografía. Inmediatamente contactó con su ginecólogo, quien le confirmó el diagnóstico.

“Entonces fui a recoger el resultado y cuando me recibió el radiólogo que me la había hecho yo ya sé que sospeché algo porque dijo, pues sí que ha tardado usted en venir a recogerla; entonces yo pensé, con tantas mujeres que pasarán al día por esta consulta, cómo me dice a mí que he tardado mucho. Efectivamente, había tardado casi un mes. Entonces bajé ya y en el mismo portal de la consulta del radiólogo abrí el sobre y entonces bueno, pues ahí ponía carcinoma, un carcinoma en la mama derecha, carcinoma tampoco me sonaba mucho a cáncer, en cuenta de la n vi una erre, carci, pero bueno, ya empecé a sospechar. Fui a casa, cogí el Espasa y entonces ya ahí se destapó, carcinoma era un cáncer. Con toda prisa llamé al ginecólogo que me había derivado para hacer la mamografía y digo me tienes que ver ya; dice bueno, pues vente con toda la mamografía, yo la volví a cerrar otra vez, como si no lo hubiera abierto, y eso es lo que vio, la verdad es que pasó, abrió como si no pasara nada, se me quedó mirando y dice, vamos a ver que te voy a hacer otra… una exploración mamaria. Se lo tuve que decir, no vamos a fingir ninguno de los dos, porque en el informe médico aparece que yo tengo un carcinoma, pero en palpación no se notaba nada, es raro en la mamografía. Me quiso hacer también, reforzar el informe con una ecografía y ahí también ya desde luego ya se descubrió que desde luego había un carcinoma y que había que intervenir”

A Michelle no le parecía normal que cada vez le solicitasen nuevas pruebas para llegar a un diagnóstico, y que se realizaran cada vez con mayor urgencia. Por eso, prefirió plantearse que podía ser un tumor maligno.

“Claro, porque cada cita que iba me mandaban a otra, y me mandaban como más rápido ¿no? Osea, el empujón era así como más rápido y yo decía bueno, o sea, las probabilidades deben ser altas decía yo porque si no…no me estuvieran empujando tanto, entonces yo dije bueno, mejor asumirlo y si me dicen que no, que mira no, lo que tenías era… no sé tal, ah bueno voy y lo celebro”

Clara comenzó a pensar que podía tener cáncer de mama porque cada vez le solicitaban nuevas pruebas. Su sospecha aumentó cuando le pidieron la biopsia.

“No sé, ya yo estaba un poco nerviosa porque de una prueba a otra dices tú: si hay una prueba y hay otra, siempre piensas ahí ya ellos no lo están viendo del todo bien, con lo cual te mandan a hacer una biopsia. Siempre creo que el último paso ya es la biopsia porque ya para salir totalmente de las dudas, yo ya iba un poco con la idea, aunque no lo daba mucho a entender pero sí que ya iba un poco con la idea de que sí”

CONFIRMACIÓN DEL DIAGNÓSTICO: SENTIMIENTOS INICIALES Y ESTILOS DE AFRONTAMIENTO

La duración del proceso de pruebas para llegar al diagnóstico varía en función de las particularidades de cada caso. La mayoría de las personas entrevistadas vivió este período con incertidumbre.

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La confirmación del diagnóstico, en cambio, pone fin a la incertidumbre vivida durante la etapa de pruebas y, a pesar de que la noticia puede ser difícil de sobrellevar, algunas personas afirmaban que sintieron mayor tranquilidad porque a partir de ese momento ya sabían a qué debían enfrentarse.

Elena vivió esta fase con preocupación y, pese a sus temores, trató de aferrarse a la idea de que no sería cáncer. Luego fue aceptando paulatinamente su nueva condición de salud.

“Sí, bueno, yo… a ver, primero que te bloqueas un poco porque estás ahí, dices será bueno, será malo, pero que yo quiero saber, necesito saber, hombre, lógicamente sé que no me pueden decir sin haber recabado más información, pienso que no me pueden decir, pues tienes una cosa mal, no, pero el cirujano sí que me dijo, bueno, pues estas pruebas te las vamos a hacer para saber y salir de dudas, qué clase de bulto es, a qué familia pertenece, si es bueno, si es malo, y en el hipotético caso de que sea malo pues si hay una metástasis, quiero decir, que él me lo dijo claramente. Yo se lo agradecí mucho pues que por lo menos ya sabes a qué te vas a enfrentar. Y bueno, pues esperar a que te dieran los resultados, que se hacen unos días muy largos, tienes esa esperanza de va a ser bueno, va a ser bueno, bueno pues ya cuando tenía todo me llamaron por teléfono y me citaron nuevamente, y ya me confirmaron que sí, que era un carcinoma. ¿Cuándo me confirmaron? Pues me derrumbé, la verdad, me derrumbé porque pues eso, te aferras un poquitín a que no debe ser malo, que por qué tiene que pasarme, ¿no? Que no, que no será malo, pero en ese momento me derrumbé porque… por desconocimiento, por muchas cosas, no sé, enseguida relacionas cáncer y muerte. Entonces es como que te pasa por la cabeza muy deprisa un montón de cosas, que soy muy joven, que me queda mucho por hacer, mis hijos, empiezas a pensar en todo y dices no, entonces me derrumbé. Pero bueno, luego después una vez que ya asimilas, pues por otro lado por el hecho de que quieres vivir, pues te aferras y dices, bueno, sé que estoy en buenas manos, que el cáncer de mama está muy controlado ahora, que se hacen muchas cosas y voy a poder salir adelante, entonces eso me sirvió un poco de impulso para tomar fuerza y afrontarlo. Y bueno, pues la verdad que lo pasé muy mal, pero que lo afronté también con entereza. En momentos puntuales, pienso que son lógicos tenerlos”

Margarita vivió con mucha inseguridad los días previos al diagnóstico; por esta razón, relata que sintió un gran alivio cuando le confirmaron que era un cáncer de mama.

“Piensas en negativo siempre, que luego ya te das cuentas, dices bueno, pues hay que racionalizar, hay que pensar que puede ser malo o puede ser bueno, que no siempre es malo. Dices bueno, en esos momentos la cabeza te da vueltas para todos los sitios y bueno, una vez que te dicen el diagnóstico, yo por lo menos en mi caso pues bueno, ya lo afrontas de otra forma, tenemos que hacer esto y punto, ya lo afrontas de otra forma. Yo creo que estuve mucho más tranquila una vez que me dieron el diagnóstico, que la incertidumbre de no saber cómo iba a ser, qué tipo va a ser, si te va a afectar los ganglios y cómo va ser. En mi caso por suerte fue bueno y era muy pequeño”