Cáncer colorrectal

Diagnóstico sin participación en programa. Signos y síntomas de Cáncer colorrectal

By 22 septiembre, 2016 mayo 12th, 2020 No Comments

En el programa de prevención participan personas que no cuentan con antecedentes personales de cáncer colorrectal ni presentan sintomatología sospechosa en las 6 últimas semanas. También excluye a personas con antecedentes familiares de cáncer colorrectal – que cuenten con dos familiares de 1º grado ( padres, hermanos, hijos) o un familiar 1º grado diagnosticado antes de 60 años.

Asimismo no se incluyen en el programa aquellas personas con antecedentes de poliposis familiar o Síndrome de Lynch, patología colorrectal con seguimiento especifico (enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, adenomas colorrectales), enfermedad terminal, antecedente de colectomía total, o con exploraciones colorrectales realizadas en los últimos 5 años.

SIGNOS Y SÍNTOMAS

Algunas personas entrevistadas recibieron el diagnóstico sin haber participado del programa de prevención del cáncer colorrectal. La persistencia de síntomas, tales como sangre con heces, dolores abdominales o al defecar fueron los motivos por los que acudieron al médico. También puede presentarse el caso de no tener síntomas y ser detectado de manera ocasional. Otras personas realizan estudios genéticos que pueden informar el porcentaje de probabilidad de desarrollar un cáncer.

Joaquín acudió a urgencias cuando los síntomas y el dolor se le hicieron insoportables, allí le dijeron que tenía cáncer. No acudió antes por miedo.

“R.: Bueno, pues la verdad es que yo hacía cuatro o cinco años que creía que ya lo tenía, o sea, que tenía ya cáncer de colon, lo que pasa que por miedo de acercarme al hospital y todo eso, pues lo fui dejando, me dolía, pero era una cosa que… P.: ¿Le dolía? R.: Sí, o sea, me dolía, no todo el día, pero sí puntualmente sobre todo por las mañanas, pues sí que notaba un pinchazo y luego a la hora de ir al aseo también pues veía que en las heces tenía sangre, o sea, que me lo imaginaba, pero por cabezonería y por no… yo qué sé, que no, que lo iba dejando, hasta que ya llegó el momento que ya era insoportable y ya era pues como una mucosidad con sangre, ya no era ni heces ni nada, entonces sí me dolía bastante y ya me… esto fue el año pasado en enero y ya pues en enseguida que fue a Urgencias, me hicieron las pruebas y me dijeron que era cáncer.”

Él sospechaba que tenía cáncer desde hacía varios años pero no quería dejar de trabajar.

“De hecho, antes de que el doctor me dijese los… sí si tenía colon, o sea, cáncer de colon, le dije yo, “es cáncer, ¿no?”, y me dijo, “sí”. O sea, que lo tenía muy claro que era colon, cáncer de colon. Ya le digo, era un dolor, era muy, muy fuerte. P.: Los primeros… porque ha estado tres años con síntomas. R.: Sí, por lo menos, sí. P.: Y han ido avanzando. R.: Claro, pues sí, me dijeron que lo tenía bastante avanzado, muy avanzado, once centímetros, y bueno, ya digo, con mucho dolor. Ya una vez que me lo detectaron, ya es que tenía que llevar ya parche de nicotina, de nicotina, digo, de morfina, y a base de pastillas porque el dolor era muy, muy, muy fuerte. P.: ¿Y esos tres años buscó información o simplemente la…? R.: Sí, me estaba informándome pero bueno, mientras era llevadero, porque claro, no siempre trabajaba, pero cuando no trabajaba por si me llamaban para trabajar, y cuando estaba trabajando, por no perderlo, y yo veía que tenía molestias pero, ¿sabe cómo la atacaba? Con una cerveza. Me tomaba un bote de cerveza o dos botes de cerveza, y ya me tiraba toda la mañana bien. P.: Más tranquilo, así era cómo se relajaba. R.: Sí, o sea, sin dolor. Y entonces yo creía que era… pues a lo mejor digo, “bueno, a ver si no es eso, a ver si es úlcera o algo y me tomo la cerveza y lo calmo”, pero no había… poco a poco iba a más, a más, a más, hasta que ya dijo, “hasta aquí”. Ya digo, que ya los dolores cuando fui a Urgencias porque ya no podía más. Ya que digo, si tengo que perder de trabajar lo siento mucho, pero ya que iba arrastrándome prácticamente. P.: Claro. R.: Ya tenía que ir escondiéndome y agachándome por no perder el trabajo, para no dar el síntoma de que estaba enfermo, tenía que ir, eso, escondiéndome en los rincones cuando me daba el dolor y hasta que me recuperaba y otra vez así, pero dije, “mira, no”.”

Al principio le frenaba el miedo a la colonoscopia

“P.: Y qué tal, porque al principio me ha dicho que una de las cosas que le frenaban era el miedo a la colonoscopia. ¿Se acuerda a qué venía este miedo, qué historia le contaban? R.: No, bueno, miedo a eso, que te metían una mano por el ano y todo eso, pero ya, no es que miedo a la colonoscopia, era miedo en general al médico, o sea, miedo en general a venir al hospital. Eso era (0:49:50 _______) tenían que… vamos, te miran con la cabeza bajo el brazo para venir. O sea, que no, yo digo, “ya se me irá”, pero sobre todo ya digo, una vez que ya fui al especialista, me dio la medicación, que lo comenté que me habían enviado una colonoscopia y los amigos me dijeron, “uy, eso duele, madre mía”, y yo, pues no voy, que no voy, que yo me muero, que no voy, pero vamos, que… P.: ¿Y el médico no le dijo que podía ser con anestesia? R.: Yo no sabía nada. De hecho no, no me dijeron, no me comentaron nada. Me dieron la medicación, me dieron una hoja para que la leyese y tal y ya está, y nada. Ni siquiera me dijeron que tenía que ir acompañado de alguien, sin embargo ahora esta vez me obligan a ir con un acompañante, pero se ve que a lo mejor hace cinco años pues no te hacían ni anestesia ni te hacían nada, y yo le tuve un miedo increíble. Digo, que no, que va a ser que no, que a mí no me meten la mano. Ya digo, ya, ya está. Por eso digo que… que no era miedo, bueno, miedo también, cuando me dijeron eso sí, pero era miedo en general al hospital. Al hospital era lo menos posible, vamos. ”

Eduardo tampoco había participado del programa de prevención. Él es trabajador de salud pública con antecedentes de cáncer colorrectal, su padre murió de ello a los 88 años. Cuenta que le costó ir al médico pese a tener síntomas y de sospechar que podía ser cáncer. Finalmente acudió al médico con la insistencia de su mujer cuando las heces aparecieron con sangre.

“R.: …a principios del 2013, esto…. sí que fui notando que esa, digamos hinchazón del estómago ya se transformaba como un cambio en el hábito intestinal. ¿En qué transformaba el hábito intestinal? Una especie de estreñimiento, una dificultad, digamos defecatorias y cuando las heces salían, salían muy… salían pequeñas. Y, fue en el mes de abril del 2013 cuando eso fue acompañando con presencia de sangre en… es una sangre roja, o sea que no es que las heces fuesen negras en el sentido por la sangre, sino que en la defecación aparecía sangre en la taza del váter. Bueno, pues como estás en un proceso de trabajo, mi hija estaba acabando el MIR, pero bueno pues ya lo comentaré. Y en el mes de mayo ella era el único momento que podía hacer un viaje porque, perdón, porque había acabado la carrera de Medicina. Tenía que empezar el MIR en el verano y, entonces, en mayo tenía diez días de vacaciones. Digo, bueno, pues entonces dijimos, pues mira, estamos tan contentos contigo que vamos a hacer un viaje, porque era en verano ella tenía que encerrarse para estudiar porque la prueba es en febrero del 2014. Y nada, en broma, en broma, nos fuimos a Chicago, a Estados Unidos, y siempre me acuerdo que en las escaleras de Barajas le dijo: “Vuestro padre…y a mi mujer se lo dijeseguro que tengo un cáncer de colon” Yo mismo me… me vino eso. Además me acuerdo que fue en las escaleras mecánicas del aeropuerto de… P.: Es la primera vez que lo pensaste. R.: …de Barajas. Sí, bueno, mi mujer, como puedes entender que es médico también, llevaba ya cuatro o cinco años: “Eduardo, haz el favor, Eduardo hazte el test de sangre oculta en heces”. Pero bueno, por eso que eres médico y no crees entonces en las cosas, pues lo dejé y aparte, como la encuesta que te he puesto, mi padre falleció mayor, 85-86 años, pero su única intervención, la única vez que pisó un hospital en toda su vida fue por una por una neo de colon que el médico inclusive dijo: “Por la edad que tiene, Eduardo, no vamos a darle ni quimio ni entrar en proceso, es un proceso de tu padre por..” P.: Y que fue ya al final. R.: Sí, fue al final. “Para qué vamos a hacerle sufrir y no va a ganar ni calidad. Al revés, va a empeorar su calidad de vida y no vamos a salvarle, digamos, no vamos a darle más años de vida” Y, realmente, yo he de reconocer que en este proceso que te cuento medio en broma, pues hice una estupidez porque la propia Consellería que hemos comentado, pues inclusive llegó a casa el… en fin. Pero, no he hecho caso. Y nada, y fue a la vuelta del viaje. Tengo un amigo en el Hospital Clínico de Valencia que es el que hace colonoscopias y me gusta mucho el tenis, él es jugador de tenis en el mismo club. Dije: “Oye, me pasa esto” “¡Uy!, pues nada, ven a verme inmediatamente” Y fue el mes de finales de junio, no me acuerdo la fecha, que fui a verlo. Y dijo: “A ver tal” Y yo no le dije yo: “¡Uy!, pues no te preocupes, si tienes muchos problemas, en septiembre” Y se me quedó mirando y dice: “¿Tú eres tonto? -dice-. Estoy cuadrando porque te quiero hacer yo la colonoscopia, no es que tenga ningún problema. O sea, haz el favor” Y total que a la semana siguiente de una fecha de junio digo: “Vente, vente con tu mujer porque vas a tener una pequeña, lógicamente anestesia, y tienes que estar acompañado. Y siempre que… me acordaré que me dijo él: “Bueno, ¿en qué pensamos?” “¡Uy!, pues en Nadal” Y me acuerdo que ¡pum!, caí. Y, al despertarme, que notaba cómo salía la sonda dice: “Menuda castaña tiene” “Fíjate, aún está dormido” Y me dijo: “Eduardo, a cirugía inmediatamente porque no he podido… P.: Ni pasar. R.: …ni pasar. O sea, no lo tienes en la zona anal, está un poquito… pero no sé más arriba no sé ni lo que puede pasar. Y, nada, y en ese proceso de junio-julio ya me enviaron a Cirugía, y el 30 de julio pues me operaron de, efectivamente, de una neo, una neo muy grande, un T-4, N-1 y M-0. M-0, afortunadamente, fue una buena noticia porque M-0 significa que no hay metástasis. Fue una operación estupenda porque fue, afortunadamente por laparoscopia, que es menos agresiva, y nada, estuve una semana en el Hospital Clínico… ”

Ana Rosa trabaja en el ámbito sanitario y no acudió al médico por temor al diagnóstico de cáncer, a pesar de que sentía desde hacía varios meses dolores abdominales. Tuvo que ir a urgencias por dolor.

“Como empezó todo? Bueno, todo empezó con dolores abdominales, o sea, dolores abdominales frecuentes, llevaba ya un par de meses, pero bueno, lo achacaba un poco a que eran cólicos por estrés, por nervios y demás, entonces bueno, cuando quizá lo tenía, a lo mejor estaba en reposo en casa, cogía una baja a lo mejor de tres días por gastroenteritis, y cuando cuidaba un poco la alimentación, o sea, de no comer, sino a lo mejor líquidos y demás pues mejoraba. Entonces bueno, pues lo achacaba un poco a eso. Pero después ya llegó un día en que el dolor fue muy fuerte, con fiebre y demás, y tuve que acudir a urgencias, al servicio de urgencias, me ingresaron, me diagnosticaron diverticulitis aguda complicada, que tenía un proceso de pus y demás, y nada, me hicieron un escáner, me hicieron una ecografía, y demás, y estuve ingresada durante 15 días con antibióticos orales, por vena, bueno, por vena, orales no, por vena. Y nada, y después me dieron el alta a los 15 días, para seguir digamos el estudio por vía ambulatoria. Entonces fue cuando ya me mandaron hacerme la colonoscopia y fue cuando ya detectaron bueno, que tenía algo ahí, un pólipo, bueno, un pólipo, en principio era un pólipo pero no era tal pólipo, ya era un tumor, y entonces fue cuando ya lo mandaron a analizar y demás, lo biopsiaron y esto, y entonces fue cuando ya me dijeron lo que tenía. […] no era tal acidez, era un dolor, dolor intenso, o sea, era malestar, sobre todo malestar como de agotamiento, de la necesidad de estar tranquila, descansada, estar acostada, pues no tenía ganas tampoco de comer, o sea, a lo mejor cuando lo tenía así muy fuerte, pues estaba a lo mejor hasta dos días sin comer, sino lo que me apetecía, a líquidos, básicamente a líquidos. Entonces bueno, pues estaba así, mejoraba, yo notaba que mejoraba un poco las molestias, pero claro, después volvía a comer normal y empezaba otra vez. Y estuve tomando pues eso, pues eso, calmantes que me… yo trabajé en el Hospital Universitario, en admisiones, en admisión de urgencias, y bueno, pidiéndole a los compañeros, dame algo para el estómago y tal, que me siento mal, y así, así me lo iba pasando. Yo no sé si también por un poco de miedo de entrar y decir, hazme algo y que me encontraran algo que yo no quería, o sea, quizás también el trabajar en un hospital también conoces cosas, ves cosas, y eso, yo creo que también me producía ese miedo de decir, no, no, tengo una gastroenteritis, me voy para casa y tal. Y me diagnosticaba yo, o sea, yo no dejaba que me hicieran nada, sí, o sea, yo tenía bastante miedo.”

Cuando supo el diagnóstico Ana Rosa quedó impactada, necesitó unos cuantos días para asimilarlo y poder contárselo a sus hijos.

“¿Y cómo fue el momento del diagnóstico?, ¿cómo fue? R.: Brutal. Bueno, para mí fue un impacto, vamos, brutal porque fue… o sea, yo lo veía incómodo, o sea, él estaba mirando la pantalla y lo veía incómodo y digo: “hay algo”. Claro, el hecho de conocerte y demás como que parece que le costaba un poco decírtelo, entonces me dice: “bueno, no es un pólipo sino simplemente… no es simplemente un pólipo sino es un tumor”. Y bueno, que… me lo dijo…me dijo que era un tumor pero que había que esperar en el tema patológico, que todavía no se sabía qué tipo de tumor era, que seguramente había que hacer quimio y demás, que no sabía exactamente si me tenían que dar radioterapia primero para reducir el tamaño, que ya ahí verían. Y bueno, la primera reacción fue: “¿cuánto me queda?”, o sea, imagínate, ¿cuánto me queda? O sea, como que ya me iba a morir, vamos. El hecho de la palabra cáncer para mí es igual muerte, y fue mi primera reacción. Dice: “no, no, no te preocupes, no te preocupes que todo va a salir, ya verás tú que tal, que cual”. Un poco para que… pero bueno, ya después de eso fue, para intentar asimilar eso estuve dos semanas fatal, eso sí, tengo que reconocer que dos semanas la pasé muy mal, o sea, dejar de comer, dejar de hacer mi vida, vamos, normal, que no podía, no lo asimilaba, no dormía, no… nada. No estaba tomando nada de medicación para dormir así que… pero ya cuando al anestesista le dije: “mira, mándame algo para dormir porque necesito descansar psicológicamente, tengo la mente… la tengo, vamos, estoy cansada”. Y fue cuando ella me recomendó, bueno, me dice: “yo si quieres te mando algo pero te recomiendo que primero asimiles lo que tienes”, dice: “cuando tú ya lo asimiles verás tú que…”. Digo: “pero es que es difícil”. Y después un poco de cambiar el chip y acostumbrarte a lo que tienes, de decir, tienes que vivir con ello e intentar llevar la vida lo más normal, dentro de las posibilidades, lo más normal que puedas. Entonces fue cuando empecé, digo, bueno, esto, a luchar. No había otra sino luchar y para adelante, a ver quién puede más, si el cáncer o tú. P.: Entonces me dices que fueron unas dos semanas, digamos, de asimilación. R.: Sí, unas dos semanas, sí, sí, que, bueno, dejé de comer, bajé muchísimo de peso, bajé mucho, mucho de peso. Y luego mi familia encima: “no puedes dejar de comer”, claro, mi marido por un lado: “si encima te vas a operar después vas a estar con las defensas bajas, que tal”. Pero es que yo no podía, digo: “es que no voy a ir”. Claro, hasta el momento en que les dije: “déjenme en paz, déjenme tranquila, déjenme mi tiempo”. Yo necesitaba tiempo para asimilar, asimilar lo nuevo. Y bueno, y el otro tema era el estrés que me causó el decírselo a mis hijos, a mis hijos y a mi madre sobre todo. Y entonces yo en principio yo no les comenté nada, hasta el día de hoy mi madre todavía no sabe ciertamente lo que tengo, mis hijos sí. Pero bueno, mis hijos lo saben desde… uno de ellos sí porque estaba aquí en la primera operación y al final eso de que él te pregunta directamente, estábamos en el hospital los dos y él se iba a ir para Inglaterra de nuevo, y al final dice: “¿no tendrás otra cosa que no es lo que tú has dicho?” y entonces yo aproveché y se lo dije, pero el otro que estaba en Madrid y demás, digo, por teléfono es que, vamos, me negaba a decirle. Digo: “bueno pues cuando venga, cuando venga”.”

Su marido que es enfermero, le brindó tranquilidad y un gran apoyo, al igual que lo hicieron sus amigos.

“P.: Y tu marido, ¿cómo fue el impacto? R.: Mi marido se quedó todo colorado. La primera impresión… yo lo miré así, se puso… porque él es enfermero también y entonces bueno pues también sabe él también… Y bueno, se quedó… pero bueno, me ha dado también tranquilidad porque no lo… hombre, sí, lo ves un poco preocupado y demás pero no te lo transmite entonces eso también me ha dado a mí también mucha tranquilidad y demás. Y bien, en principio en este aspecto bien, lo que… sí, de que… en eso sí me ha ayudado mucho. P.: ¿Y amigos y el resto de familiares? R.: Ah, bueno, genial, genial. La verdad que se han portado de diez conmigo. O sea, lo que son los compañeros de trabajo, familiares en general, amigos, la verdad que pendientes y tal, me llaman, me mandan mensajes y tal, cualquier cosa… La verdad es que he sentido un apoyo tremendo, nunca lo pensé que fuera tanto pero sí, la verdad que sí, he sentido mucho apoyo y eso me ha dado también fuerzas para seguir.”