Cáncer colorrectal

Invitación al Programa de Prevención: Reacciones iniciales y Decisiones

By 16 septiembre, 2016 mayo 18th, 2020 No Comments

En España, los programas poblacionales de prevención o cribado han sido propuestos desde el Sistema Nacional de Salud integrándose a la Estrategia en Cáncer. Las distintas Comunidades Autónomas han ido organizando una serie de acciones para su implementación de manera paulatina, a través de los servicios públicos de salud en hospitales, centros de atención primaria, y en algunos casos contando también con la colaboración de farmacias.

Existen diferentes modos de organizar la prevención en las distintas Comunidades Autónomas. La forma más común de invitación a la participación es por carta. Los responsables de los programas envían por correo una carta explicativa a las personas entre 50 y 69 años con las indicaciones de cómo acceder al mismo. A continuación encontraremos diversos testimonios de personas que han participado del programa de prevención en diferentes regiones de España.

La principal vía de invitación al programa es una carta en la que se describe el programa y que informa de cómo participar. Los usuarios del Sistema Nacional de Salud reaccionan de modo muy diverso frente a la propuesta de participar en los programas preventivos.

María Montserrat explica su actitud al recibir la carta de invitación al programa de cribado

P.: ¿que le pareció el programa? R.: Pues muy bien. Muy bien porque además sé que hay bastante cáncer, eso sí, que oyes que es uno de los cánceres más extendidos y tal, y que por la alimentación, muy esto y tal. Y yo es que soy muy partidaria de prevenir. Y me pareció muy bien. Luego me mandaron la carta explicándome tal y cual, invitándome a participar, y… P.: ¿La carta qué le pareció? R.: Bien. La tengo guardada, la podría haber traido si hubiera sabido. P.: No pasa nada, ya la tenemos. R.: Pues muy bien, muy correcta, muy clara. P.: ¿Muy clara? R.: Sí, muy clara. Y o sea, no lo ves como un problema. Igual es porque yo soy abierta a esas cosas. Y dije “bueno, pues sí”. Pues fenomenal. Te decían lo que tenías que hacer. Yo me fui al centro de salud y ahí ya, pues ya me dijeron lo que tenía que hacer. O sea, no te lo presentan como algo que dices “Jo, qué pereza”, pues no. Pues yo la verdad que dije “oye, pues sí que lo voy a hacer”. Con el de mamas lo estoy haciendo y es muy cómodo y te avisan cuándo tienes que ir al camión, el día y hora, si no puedes ir, llamas. O sea, dije ‘pues esto, voy y lo hago”.

En algunos centros asistenciales se organizan charlas informativas. María Jesús relata que recibió una invitación para asistir a una de estas charlas sobre el programa de prevención del cáncer colorrectal:

“P.: Cuénteme cómo fue la primera vez. R.: Hombre, pues no sabía ni a qué iba, porque me dijeron que me tenían que dar ahí una información, una charla, pero no me dijeron ni de qué, digo bueno, pues acudí y entonces nos explicaron, nos dieron el botito, nos explicaron todo, la hice, y… P.: ¿Y por qué tomó la decisión de hacerla? R.: Porque nunca está de más, yo qué sé. P.: ¿Nunca dudó en hacerlo? R.: Nunca rechazo nada, no soy, creo, hipocondríaca, pero tampoco rechazo nada. ¡Virgencita! No sé, no lo busco pero si me lo dan tampoco lo rechazo. P.: Vale, o sea, que no se lo plantea mucho más pero si se lo ofrecen dicen que sí. R.: Hombre, ya tienes una edad, si te dicen: mira, estás bien. Te da hasta alegría y para que luego, basta que rechaces, psicológicamente te ocurre algo y dices: ¿ves? Entonces no me gusta tener historias ahí. P.: ¿Y nunca había oído hablar antes del programa? R.: No. P.: Ésa fue la primera vez. Y lo tuvo clarísimo desde el principio. R.: Sí, sí, sí.”

El cáncer colorrectal puede presentarse sin ningún síntoma o con alguno no específico de manera que puede pasar fácilmente inadvertido por la persona que lo sufre. Sin embargo, algunas personas prefieren no participar en la prevención al no sentir ninguna señal de alarma.

Basilia cuenta que la primera vez que recibió las carta de invitación no acudió, pero en la segunda oportunidad una profesional sanitaria con quien tiene confianza la animó a hacerse las pruebas:

“P.: O sea, que sí que tiene mucha relación con la ATS. R.: Hombre, yo con la ATS me llevo muy bien. Mira, el día que se hizo el programa éste de la diabetes, ella misma me llamó, te voy a buscar ahí y nos vamos a caminar, que vamos a ir de aquí al Chorrillo a caminar, ¿te apuntas, me haces compañía?, pues venga, yo me voy contigo. O sea, que yo la verdad es que con ella, yo me llevo muy bien con ella, porque ya te digo, es una ATS estupenda. Trata a la gente como tiene que tratarla, porque hay ATS que no lo hacen, pero ellas sí. P.: Y entonces cuénteme del programa de cáncer colorrectal, ¿la primera vez que recibió una carta es la primera vez que oyó hablar del programa? R.: A ver, yo cuando oí hablar de este programa, fue la primera vez que me mandaron una carta, y yo pasé un kilo, te soy franca, pasé un kilo, la cogí, la guardé, pasé un kilo. La segunda vez… P.: Y no pensó en ella ni nada, sólo la leyó. R.: No, yo la leí y digo, bah, yo no tengo nada, yo me encuentro bien, yo estoy bien, para qué me voy a hacer. Pues cogí, la metí, la guardé. Después me vino otra carta, y tampoco la… la cogí y la guardé. Y después me llamó la ATS y me dijo: mira, que acércate aquí que están haciendo la prueba del cáncer, mira, que te echas una escapadita de aquí a aquí y ella te explica y tal, entonces fui y otra ATS que estaba allí, entonces me dijo: mira, esto es fácil, esto es así y así, toma, llévate el botito y no tienes problemas. Bueno, pues fui, lo cogí y vine, me lo hice y se lo llevé. P.: O sea, que fue la ATS la que un poco la animó a hacérsela. R.: Sí, sí, porque yo la verdad que no… a ver, yo soy de las personas que yo para los médicos no… yo me tengo que encontrar muy mal, muy mal, para yo decir: voy a ir al médico.”

En otras ocasiones es el médico de cabecera quien insiste en la importancia de participar en el programa. Ángel cuenta que su esposa acudió a su centro de salud (CAP) y su médico les animó a hacerse las pruebas:

R: Entonces el primer contacto que tuve fue el recibir la carta, una carta que recibimos. No sé el centro de salud, fue a relación de aquí del centro de salud, por mediación del médico o por quién. Entonces mi mujer vino a una de mis revisiones normales, aquí, al centro de salud, y el médico fue el que más o menos nos instruyó o nos animó a hacer este tipo de pruebas.

Otras personas se deciden a participar de manera espontánea tras haber escuchado información del programa por radio o televisión o a través de amigos, aunque no hayan recibido la carta de invitación. Cualquiera persona puede hacerlo, siempre que cumplan con los requisitos de edad, ausencia de síntomas y de antecedentes familiares.

Esteban cuenta como él solicitó hacerse las pruebas a su médico:

“P.: ¿Cuándo es la primera vez que oyó hablar usted del programa? R.: Bueno, yo por cierta edad siempre me he preocupado y he escuchado este tipo de cáncer, tanto de colon como, y entonces claro, yo debido a partir de los 50 años siempre es bueno revisar este tema, entonces yo en este aspecto me puse y se lo dije al médico para que me hiciera… P.: Ah, se lo dijo usted. R.: Sí, sí. P.: ¿Por qué ya conocía que había el programa? R.: Sí, sí, exactamente. P.: ¿Y cómo lo conocía, se acuerda? R.: Por oída, no sé si por información, no me acuerdo ahora, pero claro, yo sé que debido a la información, televisión y tal, que era importante que a partir de 50 años hicieran pruebas, entonces yo me hice esa prueba a ver si tenía algo.”

Muchas parejas de este grupo de edad reciben la carta de invitación al programa y se deciden rápidamente a participar juntas, luego de informarse.

Ángel y su esposa lo hicieron sin dudar una vez que supieron bien de qué se trataba el programa preventivo:

“P.: Luego si lo explica un poquito más lo de la prueba y todo en concreto, pero sí que me gustaría saber, cuando recibieron la carta en casa, los dos, ¿cual fue su sensación o qué pensaron? R.: Pues, que no sabíamos de qué iba la cosa. Entonces la leímos detenidamente y como he comentado, mi mujer tenía que venir aquí al médico, pues no sé si fue el mismo médico el que se lo consultó o fue mi mujer la que lo consultó con el médico, y fue entonces cuando entramos en este tema. No conozco… P.: Y la carta que recibió, la información que había, ¿le pareció correcta, se entendía bien? R.: Sí, sí. En principio sí, la entendíamos o intentamos entenderla lo mejor que pudimos y luego ya preguntamos al médico a ver. P.: Vale. ¿Cómo se decidieron a participar, en este caso es el programa de prevención, no? ¿Y a hacerse la prueba? ¿Cómo…? R.: Pues no lo sé, yo creo fue un… Estábamos dentro de los… vamos a ver, de la edad, estábamos dentro de la edad que más o menos nos ponían en la carta y por hacer una prueba, nos decidimos sin más. Nos decidimos, fue una cosa, “pues vamos a hacerla”, y… P.: ¿Lo hablaron un poco? R.: Sí, lo hablamos un poco y más o menos nos convencimos mutuamente. P.: ¿Qué era la discusión? ¿Qué es lo que hablaban? ¿Qué pros y contras estaban valorando a la hora de decidirse? R.: No, pues no hubo muchas decisiones. Fue una cosa momentánea. “¿Pues las hacemos?”, “Pues, las hacemos”. Total, por hacer una vez la prueba esta creemos que es beneficioso para la gente en general y como pensamos que era una cosa beneficiosa de prevención, pues decidimos hacerlo. Que creemos, aparte creemos que siempre es mejor prevenir que intentar… Luego, una vez que ya estás metido, si sale positivo, el intentar curar. P.: Sí. R.: Creemos que es… Y por eso fue más que nada la decisión de hacernos la prueba.”

A María Carmen no le gusta ir al médico y al principio no quería hacerse las pruebas pero luego el marido, que ya había participado varias veces en el programa de cribado, la convenció a participar.

“para hacerme las pruebas? Sí, cuando tenía los 56 me vino la primera vez. Mi marido, como es mayor que yo, a él ya se la estaban haciendo varias veces. Además él tira, él siempre tira… pierde sangre en las heces pero no le detectan nada entonces también nuestra médica lo controla mucho, pero cuando le mandaba la carta lo hacía. Y recibimos la carta la primera vez me tocaba y yo no quería hacerlo, y yo: “no, no, ¿para qué?” P.: ¿Por qué no? R.: No porque no… como soy reacia a ir a médicos y a todo, yo no quería meterme en cosas. Y bueno, al final lo hice… P.: Pero sabiendo los antecedentes que tienes y eso no… R.: Sí pero me niego, me niego. P.: Porque no quieres saber o porque ya estás harta. R.: Porque estoy harta, ya no quiero… Y como nunca he ido a médicos porque no me han gustado casi nada, entonces no he intentado nada. Y nada, lo hice al final con él, me convenció, lo hicimos los dos, y nos mandaron la carta, bien. Luego a los dos años yo fase cuatro, y a los dos años me volvieron a mandar la carta para volverlo a hacer. Y yo dije a mi marido que no, digo: “que no, que no”. P.: ¿Otra vez no? R.: Sí. Y un día por otro no la guardaba. Se lo hace él, lo lleva al ambulatorio, lo manda y a final: “hazlo, hazlo”, digo: “bueno”. A los dos o tres días después de él lo hice yo y lo mandó, lo llevó él. ”

También entre el grupo de amistades se suele comentar cuando se han hecho las pruebas de prevención.

Como en el caso de Esther que lo hablaron en el grupo y uno de ellos animó a los demás a participar:

“R.: Recibí una carta en casa, recibimos, mi marido es quinto. P.: Ah, él es… R.: Él también es quinto. Hoy no podía estar aquí. A ver, recibimos una carta y la leímos. A ver, da un poco pereza, fuimos los primeros en hacernos la… Igual desde el centro de salud, al conocer a Evaristo nos convenció y… no nos convenció. A ver, la carta… recibes la carta y sabes que te lo tienes que hacer, es simplemente un test muy sencillo, teníamos que venir aquí. La carta te remitía al médico de cabecera. Con la carta teníamos que venir al médico de cabecera. A ver, uno porque mi marido no vino, yo con su carta, él la mía, vinimos aquí y nos rellenó el volante. Y con ese volante… P.: Pero antes de ese paso me cuentas qué hablaste con… R.: Con mi quinto. Hablé con mi quinto, con un amigo, y… P.: Que trabaja aquí en el centro. R.: Que trabaja en el centro y nos convenció para que la teníamos que hacer, que era… P.: ¿Y hablasteis fuera, cuando os juntabais fuera? R.: Sí, bromeábamos sobre el tema porque teníamos alguna cena, “eh, que ¿tú dónde te la has hecho? Y tú, que la tienes que hacer, que…” Igual eso sí que nos presionó un poco, sino igual hubiera quedado la carta un poco ahí en el olvido, ése es el problema. Bueno, yo no la hubiera dejado porque… no por una… yo sabía que sí, que me la… desde que la recibí, igual que recibí la de… igual, al día siguiente no voy, ni al siguiente ni a la semana, pero dejo ahí la carta. Y al final sí que acudo porque, a ver, es una manera de prevenir entonces sí. ”

Algunas personas destacaron la importancia de que se lleven a cabo estas acciones de prevención de manera gratuita y que es bueno aprovecharlas, sobre todo el Test de sangre oculta en heces porque no puede generar ningún daño. Otras personas entrevistadas explicaron que se decidieron a participar en este programa al igual que lo hacen en otras campañas preventivas que se organizan desde el ámbito laboral.

Miguel Ángel dice que él aprovecha la oportunidad cada vez que se le presenta sin dudar porque es muy simple hacerse el test de sangre oculta en heces:

“P.: ¿Cómo decidiste hacerte la prueba? R.: No, yo todas las pruebas, de hecho el reconocimiento médico anual que nos hacen en la empresa es optativo y me lo hago siempre, o sea, en temas de salud. Es que además yo nunca he tenido problemas de salud más que una hernia de disco hace 10 años, una cosa así. P.: ¿Del intestino nunca habías tenido nada? R.: Nunca, nunca. Entonces todo lo que me proponen lo hago, sin más. O sea, no me cuesta esfuerzo además, es una prueba simple, que no es ni costosa ni nada, que es hasta cómoda, que lo haces, lo llevas y punto, se acabó el tema.”

Esther también destaca la sencillez de la prueba, razón por la que no dudó en hacérsela enseguida:

“P.: ¿Pero nunca dudaste en hacerlo? R.: ¿En hacer la prueba? P.: Sí. R.: Nunca dudé. P.: Vale. R.: Y tenía muy claro que me la iba a hacer. Pero a ver, a ver, que si dices que es algo más complicado o algo que… o algo que te va a costar mucho dinero, pues dices: “¿me lo hago o no me lo hago?”. Pero a ver, si es una simple prueba, que es coger un poquito de heces y meterlas en un botecito y llevarlas al centro de salud.”

María Montserrat dice que si hay programas públicos y te dan la oportunidad de prevenir, es un privilegio que no se debe desperdiciar:

“Sobre todo si coges las cosas a tiempo, las puedes solucionar mejor. Y si te dan la oportunidad de… porque yo no me voy a hacer revisiones de todo ni nada de eso, no. Pero si tienes la oportunidad de hacer una prevención y de ver… pues la aprovechas. Es un privilegio y hay que aprovechar los privilegios que tenemos. No se pueden desperdiciar, que hay gente que no tiene ni un médico… Entonces bueno pues si la sociedad nos da esa oportunidad hay que aprovecharla.”

Esther comenta que lo bueno de recibir la carta en casa es que te ayuda a recordar que puedes participar en este programa como lo haces en otros más conocidos.

“R.: Sí. Y me vi toda contenta. Me parece que es como que me volvería a animar. Pero eso, me imagino que como para la citología, la mamografía, para cuando entras en un programa de estos, ya estás en la lista, ya automáticamente te van avisando cuando toca. Pues si no, no lo harías, si no te avisaran, a mí si no me avisaran se me olvidaría y no… Igual tienes otras cosas que hacer.”

Las personas entrevistadas hacen referencia al dicho “más vale prevenir que curar” y que esa idea les anima a participar en el programa. El hacerse mayor es otra de las razones para algunas personas, manifestando su visión acerca de la importancia de la prevención.

María del Carmen cuenta que no le gusta mucho ir al médico, y que cuando recibió la segunda invitación se decidió a hacérselas las pruebas porque ha ido cambiando de parecer con el paso del tiempo.

“R.: Y sería el 2012 o 2011, 11 o 12 sería. Entonces pues yo no fui. A mi marido también se lo mandaron, él sí fue, le dio negativo, y yo no consideré que tuviera necesidad de hacerme esa prueba. Y bueno, no tenía ninguna molestia, yo me encontraba perfectamente y así seguimos todo el tiempo. P.: ¿Y por qué no fue?, ¿cuál era el…? R.: Pues se lo comenté al médico de cabecera en ese momento y no le dimos importancia ninguno de los dos, la verdad es que como yo eso, soy una persona que los únicos problemas que tengo, gracias a Dios, son la tensión alta y el colesterol, no tengo ningún otro problema de nada, vamos, salvo los huesos pero eso es… ése es otro punto. P.: Otro tema. R.: Sí, ese es otro tema, eso no entra aquí. Pues yo estaba perfectamente y él me dijo: “no, si usted quiere hágaselo pero bueno, si usted ve que tal” y lo pasé. Soy una persona que no le gusta ir al médico, o sea, yo no voy… no voy al médico salvo que realmente me encuentre mal y a repetir la medicación del colesterol y la tensión. Entonces bueno, pues nada, pasó el tiempo y cuando ya me vino la segunda carta dos años después entonces sí decidí que, bueno, pues tampoco estaba mal hacerse eso, quizá la mentalidad pues ya me había cambiado un poquito más, uno va cumpliendo años y va cogiendo cierta prevención hacia estas cosas. Y decidí ir pero “pues hoy voy, mañana voy”, me llamaron por teléfono, y ya cuando me llamaron por teléfono digo: “bueno, mira, sí, si voy, voy a ir a pedir la cita”. “Mire, vaya usted, pida la cita y tal”. P.: ¿Y cómo fue esa llamada? ¿Digamos que la intentaron convencer de alguna manera o…? R.: No, no, no, simplemente me dijeron que estaban haciendo la prevención del cáncer colorrectal, que si me había llegado la carta, digo: “pues no me ha llegado todavía pero estoy esperando que me llegue porque a mi marido ya le había llegado, para ir en cuanto me llegue”. Dice: “pues pase por aquí, pida cita” y efectivamente, la carta ese mismo día la casualidad que recibí la carta y no tuvieron que ni convencerme ni nada porque yo ya estaba convencida. Entonces fui, pedí la cita, me la dieron enseguida y llevé la muestra.”

Pedro también explica que con la edad ha tomado mayor conciencia del cuidado preventivo

“P.: ¿Por qué, por qué te decidiste a hacerlo? R.: Pues un poco por la edad en la que estamos, porque lo que oyes por ahí es que a partir de una edad ya es conveniente hacerse este tipo de cosas y bueno. En principio yo recibí la carta y si no hubiera recibido la carta posiblemente hubiera ido al médico que me lo hicieran. ”

Varias personas entrevistadas comentan que el hecho de conocer a algunas personas cercanas que padecieron cáncer colorrectal les motivó a participar en el programa de prevención.

Agustina participó en el programa porque piensa que es conveniente de no dejar pasar el tiempo para realizar este tipo de cuidado.

“R.: Pues una de las razones fue porque lo tenía muy… de mi suegra, o sea, lo tenía muy reciente, la verdad. Y en mi pueblo, en mi pueblo, la hermana de una amiga mía se murió de eso, con 50 años además, por no ir. Porque se estaba quedando muy delgada, y yo le decía: “es tu hermana pero qué delgada”. Dice: “sí. Me dice: “no sé qué le pasa pero ir al médico y le ha dicho el médico que tiene que ir al especialista pero dice que cuando pase el verano, que no sé qué, no sé tal”. Bueno, cuando fue la operaron pero ya no… se murió, al año, dos años se murió. Y vamos, lo tenía como muy grabado porque es que ha sido todo seguido, lo de la hermana de esta amiga mía, lo de mi suegra, todo como muy reciente, muy grabado, entonces vamos, yo lo tenía muy claro. P.: Vale. R.: Y además yo las veces que he ido a ver a mi suegra al hospital, la que está en la habitación, la señora, lo mismo. P.: Que tenía también. R.: O sea, también lo mismo. Y vamos, y varios casos he visto, de mi pueblo otra señora. Es que he visto varios, es que sé de varios entonces yo qué sé, como que te da, dices: “jolín”, pues que no es un caso aislado, que es que esto pasa, o sea, que es que piensas, dices: “esto es muy raro, no se le pasará a casi nadie y a mí no me pasa”. Pero es que no, es que ves… dices: “gente que conozco”, la gente que no conozco a mí me parece que es un tipo de… son muy frecuentes. Además yo soy muy estreñida también, que no voy siempre al baño, voy cada tres o cuatro días. También tengo hemorroides, y no sé, como un poco todo, yo qué sé. ”

José Vicente realizó las pruebas inmediatamente tras recibir la carta.

“P : le quería preguntar ahora poco a poco de todo el proceso de participar en el programa y después del diagnóstico, ¿la primera vez que recibió la carta para hacerse el test de sangre oculta en heces qué pensó? R.: Nada. No me pasó nada en la cabeza. Y eso que tengo un amigo que fue de urgencia a operarse de colon y él estuvo año y medio, dos años con la bolsa afuera. Vamos a ver, cuando lo haces no sé si piensas o dejas de pensar, sino que lo haces como un autómata, no? Haces la prueba y la llevas. Lo malo es cuando ya dices, bueno, esto tiene que durar una semana o dos semanas a ver si viene, a ver si no viene [se refiere a los resultados]”

Por diferentes razones algunos entrevistados explicaron que no habían querido realizarse las pruebas preventivas. El hecho de participar en otros programas (para prevenir cáncer de mama o el de próstata), no darle prioridad a este aspecto del cuidado de la salud, por falta de tiempo o simplemente por sentirse bien, fueron las razones que argumentaron para no haber participado.

María comenta que ya se ha acostumbrado a las pruebas de prevención para el cáncer de mama pero que de esta enfermedad todavía falta tomar más conciencia

“R: Sin embargo cuando recibimos la carta de las mamas, yo creo que se nos tiraba muy para atrás porque somos más conscientes de ese problema. Sin embargo del otro, yo creo que somos más inconscientes, no tenemos… Y entonces por eso, pues lo reciben, lo ven, participan, no participan, dependiendo de, no sé, de la persona.”

Estar centrada en otros asuntos y descuidar la fecha para presentarse, fueron razones que la hicieron posponer las pruebas

“R.: Me lo olvidé, me lo olvidé. El caso es que yo la llevaba en el bolso la carta, eran varios papeles, y digo: “ay, tengo que pedir la cita”. Porque el centro de salud está al lado, o sea que está a 50 metros o 60 metros, “tengo que pedir la cita”, y luego otra vez. “tengo que ir a pedir la cita. Y bueno, mañana llamo y pido la cita”. Y al final se pasó y no… P.: Y la dejó ahí en el bolso hasta que se pasó la fecha. R.: Sí, se pasó la fecha, se pasó la fecha. No sé si tendré la carta en mi casa, igual la tengo y todo allí, pero se pasó la fecha. Digo. “ya se me ha pasado” y se me pasó. P.: ¿Pero no es porque tiene muchas cosas que hacer o…? R.: Es que cuando pasó eso, no me acuerdo cuándo fue, no me acuerdo si me mandaron el envío, se me ha pasado o al final… Entonces estaba estudiando, a mí me parece que estaba estudiando o estaba terminando, y entonces me pilló ahí en una época un poco complicada.”

Razones organizativas o problemas en la distribución de las cartas para realizarse las pruebas que reciben los usuarios desde los centros asistenciales públicos pueden demorar la participación, tal como le ocurrió a Josefa:

“Me lo comentaron. “¿Sabes que están mandando a casa…?, porque yo vivo en las afueras de Murcia, nos conocemos todos, ¿Sabes que están mandando a las casas, están mandando tal?” “Vale, pues lo veo muy bien” Me la mandaron. P.: Que lo había hablado como con los vecinos y los amigos. R.: Sí, sí, con las amigas. P.: Y todas, a las amigas les parecía bien y… R.: Sí, sí. Y, de hecho, creo que hace poco, a una amiga me dijo que le habían mandado la carta y a mí no me la mandaron. Y dije yo: “Sí que es raro”. Digo que, es que no sé si lo hacen cada dos años. O cada año. Creo que es cada año. P.: No, cada dos. R.: Cada dos, ¿verdad? Pues, yo me la hice hace dos años y aún no me la han mandado. A ella creo que me dijo que sí se la habían mandado. Digo: “¡Qué raro que viviendo juntas que a ti te la hayan mandado y a mí no!” Pero bueno. P.: Sí, porque la otra vez ¿fueron a la vez también? R.: Sí, sí. Me acuerdo que fuimos el mismo día.”

Francisco recibió la carta con poco margen de días para participar. Ahora debe ocuparse de acudir al centro de salud para informarse sobre cuándo y cómo pueden hacerse la prueba:

“R.: Ah, sí. Pues la verdad es que la recibimos la carta, no sé si por tardanza en cuanto a Correos o no, o por olvido de recibirla, y no detectar, o sea, no verla en el momento. Pero la verdad es que cuando la recibimos no sé si es que estaban las fechas ya muy avanzadas y dejamos pasar igual cinco días. Y cuando ya fuimos a esto es cuando se había pasado la fecha. No sé ya si en tardanza en cuanto a recibir la carta por correo o por dificultades que fuesen o por detectarlo ya… en cuanto a ver la carta y decidirnos a ir a verlo.”

La implantación de este programa ha sido diferente en cada Comunidad Autónoma, aunque es decisión del Plan de la Estrategia Nacional de Cáncer que se garantice en todo el país, basada en las evidencias científicas actuales. Debido a que no todas las CCAA han comenzado a implementar el programa al mismo tiempo, en algunas es muy reciente y aún existen algunos problemas organizativos. También puede ocurrir que los profesionales sanitarios no estén bien informados sobre el programa debido a que en algunas regiones es reciente y aún no conocen bien los criterios de participación.

Una explicación dada por las personas entrevistadas es que muchas veces los profesionales sanitarios que los atienden no les recomiendan participar. Eladia se refirió al hecho de los diferentes criterios de los propios médicos respecto a la eficacia de la prueba

“M2: Lo pregunté porque lo oí por la televisión o por algún sitio lo oí. Entonces yo se lo pregunté a mi médico, ya te estoy diciendo que ya ha cambiado, este por lo menos lleva 3 años, ¿verdad? Y yo se lo pregunté al otro. Y entonces fue lo que me contestó, y me dijo “eso no es una cosa muy fiable, porque eso, si has comido algo que tiene sangre o alguna cosa, sale”.”