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El papel de la comunicación escrita en el empoderamiento en salud: un estudio cualitativo

By 2 agosto, 2017 No Comments

Cuando hablamos del empoderamiento en salud hacemos referencia a la capacidad para la toma de decisiones y la mejora de la calidad de vida. Se trata de un proceso de reconocimiento, promoción y movilización de los recursos necesarios para que las personas puedan tomar el control sobre los factores que afectan a su salud que permite:

✓    Aumentar del conocimiento y comprensión
✓    Tomar decisiones de manera informada y compartida
✓    Gestión de la enfermedad
✓    Continuidad de cuidado
✓    Gestión de las relaciones de poder con los profesionales y el sistema sanitario.

El estudio que aquí se presenta recoge las experiencias de personas con enfermedades crónicas y usuarios del sistema sanitario español para comprender cuál es el papel de la comunicación escrita en el empoderamiento en salud; para tal fin, se analizaron más de 115 entrevistas realizadas entre el año 2010 y 2016.

La comunicación oral es es la principal interacción con los profesionales sanitarios. Por otro lado, la comunicación escrita se da en menos ocasiones y suele consistir en la entrega de documentos como resultados de pruebas o procesos diagnósticos, materiales informativos sobre tratamientos y sus efectos secundarios, sobre preparación o realización de pruebas clínicas.

Estos documentos son entregados por los profesionales sanitarios, médicos y de enfermería, en el marco de las consultas clínicas facilitados. Cumplen principalmente un papel informativo sobre tratamientos, pruebas, resultados o riesgos para la salud y son en general bien valorados por los pacientes, que consideran mayoritariamente que necesitan recibir más información.

Estos documentos por sí solos no logran aumentar el empoderamiento de las personas que acuden a las visitas. La información no siempre se transforma en conocimiento y aún en menor medida, en salud.

La documentación escrita tiene que tener ciertas características para estimular un mayor nivel de empoderamiento, como por ejemplo ser específica, hablar de situaciones concretas a las que tengamos que hacer frente (como animarnos a participar en un programa de detección precoz o elegir entre dos tratamientos disponibles). Además debe ser lo más personalizada posible, es decir, que nos ayude a saber lo que es mejor para cada uno de  nosotros. Finalmente, tiene que estar escrita con lenguaje accesible e información adaptada.

Puede consultar los resultados del estudio haciendo click aquí