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“Las Herramientas de Ayuda para la Toma de Decisiones (HATD) son útiles para pacientes y sanitarios”

Herramientas de Ayuda para la Toma de Decisiones (HATD) / Pydesalud

Las Herramientas de Ayuda para la Toma de Decisiones (HATD) se van incorporando al sistema sanitario. La implicación de los pacientes en el abordaje de sus enfermedades es un área de investigación que ha crecido exponencialmente en los últimos años. Muchos sanitarios y asociaciones de pacientes llevan años reivindicado una mayor corresponsabilidad e implicación en este sentido, pero aún se trata de una práctica muy incipiente, carente de los suficientes protolocos y difícil de llevar a cabo de una manera homogénea. Es por ello que se ponen a disposición del sistema las Herramientas de Ayuda para la Toma de Decisiones (HATD). Amado Rivero Santana es psicólogo de la Fundación Canaria de Investigación Sanitaria (FUNCANIS), y ha trabajado en los últimos años en la revisión de la efectividad de estas herramientas, concluyendo que: “existe evidencia de calidad de que las HATD mejoran el proceso decisional de los pacientes; aunque aún existe incertidumbre sobre sus efectos en los resultados de salud”.

Estas conclusiones las aportó en el seno del Workshop Internacional ‘El modelo de toma de decisiones compartidas y las herramientas de ayuda para la toma de decisiones en la práctica clínica: nuevos avances en investigación e implementación’, celebrado en el Instituto de Salud Carlos III (Madrid) los días 24 y 25 de noviembre de 2015.

Este seminario quería reflexionar sobre que “muchas decisiones relacionadas con la selección de procedimientos diagnósticos y terapéuticos son afrontadas habitualmente con importantes niveles de incertidumbre, especialmente por parte del paciente; pero también, con una frecuencia variable, por parte de los profesionales sanitarios. A menudo, no hay certeza sobre los resultados de salud potencialmente asociados a las diferentes opciones de diagnóstico y tratamiento, y sobre si los beneficios superarán globalmente a los potenciales efectos adversos. Precisamente porque en algunas ocasiones no existe una única o ‘mejor’ decisión, se hace necesario informar al paciente al objeto de incorporar sus preferencias en la toma de decisiones; dado que el punto de vista de los pacientes puede diferir de la percepción del profesional en cuanto a la importancia personal que se le asigna a la relación entre los beneficios y los efectos nocivos de las diferentes opciones diagnósticas y terapéuticas”.

Esta explicación es la que da el comité organizador del workshop, desde donde se añade que en este contexto “se ha iniciado el desarrollo de las Herramientas de Ayuda para la Toma de Decisiones (HATD) que contribuyen a informar al paciente a partir de la mejor evidencia científica, al objeto de hacer posible el modelo de la toma de decisiones compartida (TDC) en la práctica clínica, mediante la incorporación de los valores y preferencias de los pacientes”.

Amado Rivero presentó la ponencia ‘Resultados empíricos sobre el modelo de TDC y las HATD’ y explicó también que “se ha demostrado las HATD mejoran el proceso decisional de los pacientes, haciendo que tomen decisiones más informadas y coherentes con sus valores y preferencias”. Sin embargo, “aún existe incertidumbre sobre sus efectos en los resultados de salud”. El psicólogo aporta que “si bien la evidencia a este respecto es de baja calidad, las intervenciones dirigidas a promover la adopción de la TDC por parte de los profesionales sanitarios parecen mejores que no hacer nada, y aquellas dirigidas a profesionales y pacientes parecen mejores que las dirigidas solo a uno de los actores. Los entrenamientos breves parecen tan eficaces como los intensivos”.

En cualquier caso, insiste en que se requiere más investigación sobre el proceso de “TDC en situaciones que van más allá de una decisión puntual, sino que incluyan diferentes decisiones sucesivas en el tiempo, con seguimientos más largos, como ocurre en las enfermedades crónicas”.

Los estudios analizados sugieren que las poblaciones más desfavorecidas son las que mejor pueden beneficiarse de este tipo de intervenciones y que se hace necesario prestar más atención al nivel de “alfabetización en salud de la población diana en el desarrollo de HATD”.

En cualquier caso, aún no está totalmente definida la “información mínima necesaria y suficiente, tanto desde un punto de vista teórico como empírico, a incluir en la Herramientas de Ayuda para la Toma de Decisiones (HATD)”, explica el experto, así como “la mejor manera de medir el proceso de TDC en consulta, y la relación de cada uno de sus componentes con los resultados del paciente tanto desde la perspectiva de las decisiones tomadas, como de su satisfacción, conductas de salud o estado de salud”.

Hay que recordar que el grupo de investigación de Canarias (SESCS) dentro de la Red de Investigación en Servicios de Salud en Enfermedades Crónicas (REDISSEC) y de la Red Española de Agencias de Evaluación de Tecnologías y Prestaciones del Sistema Nacional de Salud, junto con otros grupos de investigación a nivel internacional, trabajan actualmente en el desarrollo, validación y evaluación de nuevas herramientas de ayuda a la toma de decisiones para los pacientes.