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Quimioterapia

By 4 mayo, 2014 mayo 18th, 2020 No Comments

La quimioterapia consiste en la utilización de medicamentos específicos que tienen como finalidad destruir las células cancerígenas (medicamentos citotóxicos).

La quimioterapia se puede aplicar en diversas modalidades.

Quimioterapia complementaria, postquirúrgica o adyuvante. Se administra después de la cirugía para reforzar la efectividad del tratamiento y evitar recaídas locales y la diseminación del tumor (metástasis).
Quimioterapia prequirúrgica o neoadyuvante. Se da como primer tratamiento, antes de la intervención quirúrgica, para reducir el tamaño del tumor, aumentando así el número de mujeres en las que se puede realizar un tratamiento quirúrgico conservador de la mama.
Quimioterapia paliativa. Se utiliza en los casos de enfermedad extendida o diseminada con la finalidad de intentar prolongar la supervivencia y tratar los síntomas. (Nota: diseminación del cáncer de una parte del cuerpo a otra. Un tumor formado por células que se han diseminado se llama “tumor metastásico” o “metástasis”. El tumor metastásico contiene células que son como aquellas del tumor original o primario).
La quimioterapia que se utiliza en el tratamiento puede ser suministrada por vía intravenosa o por vía oral, según los medicamentos que se utilicen. Generalmente, la aplicación de estos tratamientos no requiere ingresar en el hospital y se desarrolla en los hospitales de día, de manera ambulatoria. Tras una sesión de quimioterapia, la persona afectada descansa durante unas semanas para recuperarse de los efectos secundarios producidos por el tratamiento. El tratamiento completo de quimioterapia puede durar entre cuatro y seis meses.

La quimioterapia es un tratamiento sistémico, ya que el medicamento es introducido en el torrente sanguíneo, viaja por todo el cuerpo y puede eliminar células tumorales fuera del área de la mama.

La quimioterapia se administra generalmente en varios ciclos produciendo algunas modificaciones en la vida cotidiana. Por ello, las actividades que desarrolla la persona tanto el ámbito familiar como el laboral, pueden verse alteradas durante ese período. Algunos testimonios que se ofrecen a continuación, muestran cómo se organizaron las personas con cáncer de mama para hacer frente a estos cambios transitorios, tanto en sus relaciones familiares como en su trabajo, amistades, etc.

En este apartado, las entrevistadas comentaban sus experiencias con fel tratamiento de quimioterapia y los efectos secundarios que les produjo.

Fuente: Adaptado de OncoGuía de Mama 2008.

Haga clic en las fotografías para ver un vídeo con la experiencia narrada.

QUIMIOTERAPIA

Tanto la información que solemos recibir a través de los medios de comunicación como las percepciones que nos hacemos respeto a la quimioterapia son generalmente alarmantes, pudieron generar incertidumbre y preocupación, pero no siempre son acertadas. Las participantes entrevistadas nos explicaron que tenían ideas previas sobre la quimioterapia basadas en lo que habían leído, visto en películas o escuchado de otras personas y que estas ideas condicionaron su actitud antes de comenzar el tratamiento.
Las mujeres que participaron en este estudio experimentaron sentimientos negativos – ansiedad, miedo o incluso enfado – cuando se les comunicó que debían comenzar con quimioterapia. Estos sentimientos, en la mayoría de los casos, estaban relacionados con pensamientos o ideas previas que condicionaron el modo de afrontar esta etapa de los tratamientos. Por esta razón, las personas afectadas destacaban la importancia de contar con información adecuada y proponían modalidades en que podría ser suministrada.

Elena narraba cómo los médicos le informaron y la prepararon para recibir el tratamiento.

“Sí, sí, cuando fui a la visita del oncólogo, pues entonces me dijo que sí, que me iban a dar el tratamiento de quimioterapia, me explicó un poquitín lo que era, que me tendrían que hacer una analítica antes de ponerme los goteros, que iban a ser seis ciclos cada 21 días y luego me dieron una relación de todos los efectos secundarios que podía tener, desde náuseas, vómitos, estreñimiento, diarrea, mareos, en fin” ¿Te dieron información? “Sí, me dieron un folleto, luego me enseñaron el lugar donde me iban a dar los goteros, el tiempo que estaría, en fin, sí que me dieron información”

A pesar de su sensación previa de incertidumbre y miedo por no saber cómo reaccionaría su cuerpo, Beatriz expresaba que pudo comenzar el tratamiento con tranquilidad porque había recibido una guía sobre quimioterapia elaborada por las enfermeras del servicio. Además, ella continuó trabajando durante la primera etapa del tratamiento.

“Recuerdo mucha incertidumbre por cómo iba a ser la quimioterapia, porque tenía, sí que recuerdo que tenía miedo a cómo iba a reaccionar mi cuerpo, cómo… tenía mucho temor a la caída del pelo, cosa que luego pues no fue para tanto, pero no sé, se te establecen una serie de miedos en la cabeza que luego los ves a efecto pasado y dices, jo, cómo me he podido preocupar por estas cosas ¿no? Pero bueno, en ese momento era lo que me preocupaba y estos miedos a no sé, es como algo tan desconocido que te produce mucha incertidumbre, produce mucha incertidumbre, sí (…) las enfermeras del servicio habían hecho una guía para el paciente, con experiencias, con… bueno, con anécdotas y con tipos de tratamientos, entonces habían elaborado ellas mismas unas guías para el paciente y de la primera sesión me la dieron pues para que leyéramos un poco, pues lo que me iba a pasar, los efectos secundarios que podía tener, cómo podía paliarlos, con quién me tenía que poner en contacto en caso de a lo mejor una urgencia o algo así” ¿Y qué tal te fue esa información, cómo te resultó? “Muy bien, muy bien, muy bien, muy bien, la verdad es que tengo que decir que tuve un tratamiento muy llevadero, estuve trabajando hasta casi la mitad del tratamiento con quimioterapia porque no me producía… me producía efectos secundarios pero nada que no me permitiera salir de casa ni hacer vida, entre comillas, normal. Entonces bueno, no tuve necesidad de acudir pues a lo mejor a urgencias, o llamar a algún teléfono oncológico para alguna duda ni… no, fue todo”

Remedios explicaba los nervios que sintió en la primera sesión de quimioterapia, pero destacaba también el apoyo y tranquilidad que le brindaron las enfermeras del hospital.

“Con las enfermeras, las enfermeras de la quimio para mi son personas que yo creo que esas personas están puestas ahí por las manos de Dios porque es que yo, yo me acuerdo la primera vez, la primera vez que fui o sea, iba atacaita de los nervios, atacaita de los nervios, entonces eh, claro, yo creo que también, yo creo que tienen un poco más de psicología, tienen una persona como está, porque yo era un flan y sin embargo bueno, se volcaron todos allí conmigo, eh tranquilizándome, hablándome, muy bien, la verdad muy bien”

Belinda, por su parte, también hablaba del trato especial que recibió de las enfermeras.

“Sí, sí, con el grupo de enfermeras que a mí me tocó, no hay otras lo mismo, en todos los hospitales no son igual, el grupo de enfermeras que me tocó eran cariñosísimas, y es importantísimo cuando te están enchufando la máquina que la persona que te esté hablando sea cordial, te pincha así como si lo que está pinchando sea una manzana, sino que venga, fulana tranquilízate, ay cómo está esto, ya poquito queda. Esa cordialidad, ese calor que tienen algunas enfermeras es imprescindible, y además lo necesitan estas mujeres, ellas saben, yo creo que ese tipo de enfermeras, ese tipo de personal debe estar debidamente preparado de otra manera para tratar con cierto tipo de enfermos, son enfermos pues que tienen una espada clavada, hay personas que son más susceptibles, otras que son más fuertes, otras que piensan que van a salir, pero normalmente lo que vamos a los sueros la primera vez que te toca, vamos perdidos y necesitamos esa mano, ese calor, y ese… importantísimo el tema”

Las participantes valoraban positivamente la atención recibida por el personal de salud del hospital de día. En algunos casos las enfermeras elaboraban guías para la persona afectada con información sobre la quimioterapia y sus posibles efectos secundarios, algunos consejos y cuidados para reducir su intensidad, qué hacer en caso de complicaciones, teléfonos de contacto o de urgencias cuando fuera necesario.

Mireia también se mostraba muy conforme con la información recibida por el equipo médico y por su disponibilidad ya que también podía resolver sus dudas por teléfono.

“A ver, eh, es que te lo explican muy bien, es todo tanto médico como enfermera que son los que tratas más también porque son los que te lo van diciendo todo es que te lo explican todo muy bien, te van explicando todo lo que te va a pasar, te explican…o sea, te van explicando poco a poco, te van resolviendo, si tienes cualquier duda… que las ves todas las veces en el hospital de día, ¿vale? que las puedes llamar, sabes que tienes alguien donde, a donde llamar y me está pasando esto, ¿es normal? ¿vale? El hospital de día de aquí funciona muy bien, para ese tema”

La quimioterapia puede producir diferentes efectos secundarios, pero no todas las personas reaccionan igual. Mientras que para la mayoría fue una etapa difícil del tratamiento y tuvieron diferentes efectos secundarios, para algunas en cambio, fue menos dificultoso de lo que esperaban y lograron sobrellevarlo mejor de lo que esperaban.
Algunos efectos secundarios aparecieron apenas comenzaron el tratamiento y otros, en cambio, se manifestaron a largo plazo.
Los efectos secundarios más frecuentes son: sequedad en la boca y llagas, náuseas, vómitos, diarrea, estreñimiento, fatiga o cansancio, caída del cabello, bajada de defensas, menopausia precoz e infertilidad.

María Luisa comentaba que los efectos secundarios que tuvo fueron cambiando a lo largo de las diferentes sesiones de quimioterapia.

“Pues lo que fue el primer ciclo, la primera sesión fue bastante mal con vómitos, mareos, vamos, por los suelos, votada por los suelos, ya las siguientes sesiones fueron mejor, ya no tenía vómitos, ya lo pasaba mejor pero seguía teniendo ese decaimiento pero cada vez iba como si el cuerpo lo fuera asimilando mejor ¿no? ya al segundo ciclo fueron otros efectos que eran llagas en la boca, llagas en la boca ¿qué más era? eh, dolor de todo el cuerpo, eso también fue mejorando, eso fue todo en la primera sesión de ese segundo ciclo, ya después ya no tenía llagas, seguía teniendo dolores pero menos cada vez que me daba las sesiones iba mejor la, la cosa…lo que sí ha seguido es el lagrimeo de los ojos”

Otras mujeres tuvieron cambios de peso durante o posteriormente a la quimioterapia.

Teresa decía que aunque fueron efectos secundarios fuertes pudo sobrellevarlos bien porque se informó con antelación. Debido al aumento de peso y a otros cambios corporales, tenía la sensación de que ni se reconocía ella misma ni que la reconocían los demás (‘Imagen Corporal y ‘Opciones de reconstrucción de la Mama’)

“Yo tuve unos efectos bastante fuertes de… pues los típicos de la boca, de las llagas, de no poder tragar, de los ojos de llorarte continuamente, de la nariz, de las membranas de la nariz, es decir, las membranas se ablandan porque es devastador la quimio, te ataca las buenas y a las malas, o sea, entonces todos esos efectos son demoledores, el asco a la comida, pierdes el sabor, pero bueno, yo me informé y sabía que era así, entonces lo llevé muy bien (…) el peso, primero adelgacé, me compré ropa amplia para no parecer tan delgada, porque yo era delgada entonces, pesaba 47 kilos, bajé más. Me compré ropa amplia para parecer más gruesa, es decir, que no se me notase. Y después ya con los tratamientos empecé a engordar, no a engordar, a inflarme, 18 kilos en dos años, o sea, totalmente desconocida, totalmente desconocida, y hay una cosa que me llamó la atención, que yo salía a la calle y los que no eran muy amigos había veces que no me conocían”

María Victoria tuvo un tratamiento mejor de lo esperado, con algunos efectos secundarios como cambios en la piel y en las uñas.

“Pues mira, el tratamiento de la quimioterapia, yo oía a la gente, que es vomitar, bah, no sé qué, vas como con miedo, dices, las voy a pasar aquí de a kilo y la verdad es que yo tomé las pastillas que nos dan para los vómitos y esas cosas y la verdad es que vómitos no tuve, cansancio lo normal, sí te encuentras más cansada, pero bueno, el estómago lo típico, los tres primeros días, cuatro, los sabores metálicos, los olores, yo lavaba con Ariel, y tuve que dejar, o sea, era, se me metía un olor metálico a la cabeza, no podía, no podía, los olores y bueno, pues eso, el sabor al agua, que te cambia los primeros días del ciclo, ahora, eso sí, cuando se me pasaban esas cosas luego me pegaba unos atracones, me daba como ansiedad, como sabía que luego iba a estar otra semana y pico sin poder comer porque no me apetecía, en cuánto podía comer comía, pero vaya que sí comía, qué homenajes me daba, sí, sí (…) La quimioterapia, sí, y luego la pigmentación, eso sí, yo soy muy morena, porque yo soy de tez muy morena, pero aquel invierno estuve… tenía la cara negra como un tito y los pies, yo me metía a la ducha y con el calor del agua se me ponían los pies negros, las uñas de los pies también como si estarían muertas, así muy amarillas, que todavía hasta hace poco las he cambiado, las he regenerado, pero eso sí, la pigmentación y las uñas de los pies, luego las pestañas al caerse, los ojos muy irritables, todo el día llorando los ojos, con gafas y eso, que yo nunca he usado gafas de sol, no era yo de usar gafas de sol, pero es que tenía los ojos que yo no… la piel muy seca, se reseca la piel muchísimo, recuerdo tener siempre los… sobre todo los talones de los pies que yo nunca los tengo agrietados, pero bueno, una pasa, muy, muy reseca la piel. Y así más efectos pues no sé”

Michelle indicaba que la quimioterapia le afectó en la boca y que tuvo complicaciones en la dentadura.

“Tengo el pelo corto y además que los dientes también, la boca sufrió mucho, yo sufrí… osea, a mi casi toda la quimio me fue a la boca, e inclusive tuve una caries acá, durante la quimio resulta que no puedes ir al dentista, se me puso la cara así hinchada por esa caries, tuve que tomar unas dosis de antibiótico bestiales, no me traté la caries, no me la traté, no me la traté, no me la traté y se partió, entonces ahora claro, ando traumatizada con mi diente partido porque es aquí, me traumatiza eso, sí, me siento fea, gorda”

Otras personas tuvieron efectos secundarios menos frecuentes, como María Ángeles, que tenía fiebre en las horas siguientes al tratamiento. Pero lo que más le afectó fue la pérdida del cabello porque le recordaba que estaba enferma.

“A mi me dieron fiebres con todas las quimios, nunca me han sabido decir por qué pero al segundo día…o sea, antes de las veinticuatro horas de recibir la quimio me daban fiebre muy, muy altas, no necesité nunca que me ingresaran, este.. y nada, tenía un tratamiento para eso, eh, dolores, no he tenido dolores (…) de las cosas que sí me afectaron mucho fue la caida del pelo, se me cayó con las primeras quimios, y sí me afectó porque no sé, es como que es la primera vez que te enfrentas de verdad a la enfermedad, o sea, que, que no puedes levantarte y mirarte en el espejo sin acordarte que la tienes”

Marina, en cambio, tuvo una bajada de tensión en las últimas sesiones.

“Y después estuvimos con quimio siete sesiones que eran… semanas alternas, no tuve un mal tratamiento de quimio, quiero decir, no fue muy agresivo para mi, yo no tuve ni un vómito por ejemplo. Eh, solamente los dos últimos, eh, tuve…yo soy de presión baja, de siempre ¿no? entonces en el penúltimo, que fue el séptimo, eh, o la séptima, sí tuve un bajonazo y me lo tuvieron que suspender, entonces, el día antes de… de que me tocara el tratamiento me tenía que tomar una pastillita y otra por la mañana para evitar esos bajones de presión, y luego sí también, esas dos veces sí me notaba yo como, como diría yo que era, era como un síndrome de estos pregripal”

Otras participantes padecieron efectos a largo plazo o se complicó su situación por otros problemas de salud.

María Mercedes vio agravado su problema de la vista. Aunque ella lo atribuía a la quimioterapia, no es habitual que ocurra.

“A mi la quimio, fue como, yo tenía un problema de, de vista, tenía yo en el ojo izquierdo un problema de mácula, a mi el tratamiento me provocó que en el otro que es el que tenía sano tuviera también un problema, entonces se me, se me juntó el afrontar un cáncer de mama y el afrontar una pérdida de visión, y entonces dices bueno, es que se te viene todo el mundo encima porque dices bueno, tratar de salir de, del, del fondo por un, por un cáncer de mama pero es que encima que te dé un efecto secundario y también perder visión, es que te cambia la vida totalmente, es que no te recuperas de una y te viene otra, y entonces a mi fue casi… fíjate fue algo que mientras, mientras tanto estuve tirando bastante, que luego me decía la psicólogo pues mira te vino bien para afrontar el tratamiento”

Ester observaba una pérdida de concentración y de memoria, así como dificultades en la vista.

“Otra cosa que puedas con dar quimio normalmente es que la concentración te baja mucho, eh, el poder estar leyendo algo, hay veces que, que me leo un libro y lo he terminado, me ha gustado y no me preguntes por el libro porque no me acuerdo, a veces algún clip ah pues sí iba de esto pero… muchas veces yo veo que mi concentración después de tantos, de tantas quimios es nula, yo tenía una gran memoria y ahora no tengo memoria, era muy fisionomista y ahora me puedes haber presentado a alguien un día, encontrármela al cabo de dos días y no reconocerlo, después dices ah pues sí ,de acuerdo, pero yo veo que todo esto es causa de la quimio, hubo alguna que me afectó a la vista, cada una va teniendo su efecto secundario ¿no?”

Varios son los testimonios de mujeres que perdieron el cabello. Ellas referían cómo les había afectado y las distintas estrategias que utilizaron para sentirse mejor durante esta etapa. “Imagen Corporal” y “Opciones de reconstrucción de la Mama”)

Teresa decidió afrontarlo con antelación y se compró una peluca antes de que se le cayera el pelo.

“Yo también estaba preparada porque yo sabía que se me iba a caer, ahora, tan pronto no. Pues fue levantarte un día por la mañana y meterte el peine y quedarte con los mechones en la mano. Entonces ese mismo día cogí y me bajé a una peluquería a comprarme una peluca, porque digo, esto hay que afrontarlo. Y nada, me compré la peluca y luego me fui a mi peluquería de siempre, y me la adaptó, me rapó todo el pelo, me la adaptó y vamos, estaba guapísima con la peluca”

Remedios temía enfrentarse a su propia imagen cuando perdía el pelo, sin embargo, cuando se miraba en el espejo se veía guapa.

“Sí, me lo corté, lo llevaba un poco más largo de la melena, y entonces me dijeron los de la asociación de cáncer de mama que era aconsejable que me lo cortara, yo era muy reacia a cortármelo pero claro, cuando yo vi que el pelo se estaba cayendo pues dije me lo voy a cortar, primero me lo corté corto y luego me lo corté incluso más corto todavía y no se me ha caido todo el pelo entero pero lo que pasa es que claro que tengo zonas donde se me ha caido más. Claro luego también me pasaron mi cuñada, me pasó la maquinilla y ya dije bueno, pues ya… cuando… y yo no quería verme en el espejo, era una cosa que no me quería, no me podía ver, pero un día lo decidí así y dije claro porque ya la peluquera me dijo: por casa tienes que estar sin pañuelo porque el pelo tiene que transpirar y entonces eh, digo tengo que verme, entonces me puse delante del espejo y dije…Creo bastante en Dios y entonces dije Dios mío, yo me vas a ayudar en ese momento, y me vi y la reacción que me vi dije ah pues estoy muy guapa. Y fue sí, sí, sí, fue así nada más. Mi marido estaba aquí sentado y yo estaba ahí y digo anda pues si estoy muy guapa, o sea que fue la reacción que tuve y bueno”

Teresa explicaba que usó peluca y que a veces en casa se la quitaba o llevaba un gorro. Ella se cambiaba la peluca ante sus nietos con naturalidad.

“Tenía… como fue en el verano que mis nietos estaban aquí, tengo uno de mi hija que ahora tiene cinco años y ese sí, cuando hacía la siesta me la quitaba y me veía él, me ponía un gorrico y él me veía. Un día estaba ahí yo, me la había quitado hacía mucho calor y entró mi hijo este mayor con dos que tiene, uno con cinco y otro con siete y se quedaron así, y dice y el otro chico dice, si no pasa nada si eso que lleva la abuela es una peluca, así es, se daba cuenta, sí la usé, ya lo creo, la tengo ahí guardada”

Otro grupo de mujeres tuvieron efectos secundarios muy leves o casi ninguno y vivieron esta etapa de los tratamientos con bastante normalidad. Incluso hubo personas que continuaron trabajando.

Josefa no tuvo ninguno de los efectos secundarios que suelen ocurrir.

“Yo es que en el primer ciclo no se me cayó el pelo, no tuve alopecia, en el primero…en los primeros ciclos que me dieron no tuve alopecia, porque me pusieron un tipo de quimio que no sé cuál sería en aquel momento y, y no, no tuve, no tuve ningún síntoma de los que me habían dicho que me tenía que pasar” ¿Ni malestar…? “Nada, de hecho cuando la doctora me decía, igual te da fiebre, te tienen que ingresar, yo me acuerdo siempre que, que una, una de los ciclos me tocó en navidad y yo solamente pensar que mis niños los tenía que dejar en navidad, no sé…y, y no, no me dio nunca fiebre, nunca, nunca tuve que dejar un ciclo por estar baja de defensas, nunca”

Carla explicaba que los efectos secundarios de la quimioterapia fueron más leves de lo que ella esperaba y que cuidar su alimentación le ayudó a sobrellevarlos mejor.

“Te digo más, es decir, yo, por ejemplo, a mi me vino genial eh cuando, cuando me han hecho la quimio hacer un determinado tipo de alimentación, genial, yo, en realidad no, vomité lo que me habían dicho que iba tal, no pasé por, por, por el horror, estaba agotada, no podía con mi alma, me dolía todo el cuerpo, las articulaciones, todo pero no fue tan bestial como me lo habían contado y como me habían contado gente que estaba en lo mismo que yo al mismo tiempo y que tal, entonces muchas veces te preguntas si, si si esta información que yo leyendo, tal, no sé qué, me preparaba mi menucito ¿no?, el menú que, que me ha ido bien, igual esto, igual puede venir fenomenal a otra gente, como esto hay miles de cosas, hay gente que, que es muy buena eh en cocinando y hace cosas riquísimas que, que te ayudan a estabilizar el estómago, que son sabrosas, que no tienes por qué comer una porquería, eh, como también apoyarte en, en lo que tiene que ver con los ritmos de tu vida ¿no?, que te obligues a hacer cosas que a ti te apetezcan”

El entorno hospitalario también era un espacio para compartir experiencias. Las entrevistadas contaban que durante el tiempo que recibían quimioterapia intercambiaban impresiones y consejos con otras personas afectadas; además se sentían acompañadas y les ayudaba a distraerse y sentirse mejor.

Maite decía que otras pacientes le daban consejos y recetas caseras para paliar los efectos secundarios de la quimioterapia.

“Ves a todo mujericas, porque todas eran mayor que yo, y mira, le van a poner la bolsa roja, a otra que se le va a caer el pelo, entonces te vas enterando de cosas, porque entre nosotras pues se habla. Y yo les preguntaba, pero cuándo se cae, para la próxima ya se te ha caído, y yo ¿tan pronto?, claro, si te dicen que te van a poner cada tres semanas la quimioterapia, dices ostras, no es demasiado pronto, no, no, y encima con la bolsa roja se te va a caer seguro, y tal, y toma esto, y para las defensas, y toma… ¿Qué tomé yo?, manzana, zanahoria y remolacha, una licuación de esto, y vete a tal sitio que allí te van a dar unas pastillitas de no sé qué, que te van a ir muy bien. Te vas enterando de cosas, en la quimioterapia, o sea, hablando una con otra, sí”

Jorge conversaba con otros pacientes durante la sesión en el hospital de día acerca de uno de los efectos secundarios de la quimioterapia que le preocupaba: la disminución del deseo sexual (libido) (‘Vida Sexual’)

“En oncología hablas mucho, con unos enfermos, con otros, unos tienen cáncer de cólon, otros de próstata, otros de pulmón, otras de útero, las mujeres de útero, de cáncer de mama me he encontrado con varios casos y estabas con ellos, a mí me ha pasado esto, o sea, te vas contando tus vivencias, tus problemas que has tenido, hombre también te digo, que en cuánto empezaron a decir que yo tenía cáncer de mama muchas mujeres se me quedaban mirando, ah, pero tú también, te ha pasado esto, digo sí, sí, y por ejemplo lo que te he comentado antes, la falta de libido, pues a las mujeres también les pasa, y comentabas, y jo yo no me atrevía a comentarlo, pero te veo tan liberal, digo si es que no puedes, es así, nos tenemos que informar”

Debido a los temores e incertidumbre que les producía la quimioterapia, las mujeres mencionaban los pensamientos y sentimientos durante este tratamiento. Aunque a veces les resultaba difícil continuar, sabían que los resultados serían buenos para ellas y lo retomaban con fuerza de voluntad para no decaer.